La Fundación Miró Mallorca presenta tres exposiciones temporales que afianzan su compromiso con la creación contemporánea y la reflexión artística actual. Bajo los títulos Refugia, Aram y Palaus de la memoria, estas muestras transforman los espacios de la Fundación en escenarios donde el pensamiento, la materia y la espiritualidad conviven y dialogan a través de lenguajes plásticos diversos. Las exposiciones recogen los trabajos de tres artistas con enfoques muy diferentes: Rosa Tharrats , Fito Conesa y Biel Llinàs . A pesar de sus diversas formas de expresarse, les une una mirada profunda sobre la relación entre el individuo y el mundo que habita.
En el Espai Cúbic, la instalación Refugia de Rosa Tharrats (Barcelona, 1983) invita a una inmersión sensorial, creada a partir de textiles y materia orgánica. Tharrats desarrolla una serie de esculturas móviles concebidas como refugios simbólicos en los que los reinos mineral, vegetal y artificial se mezclan. Estas estructuras no sólo interpelan a la vista, sino también al cuerpo, que se ve rodeado por formas que parecen respirar al ritmo del entorno. La propuesta de Tharrats busca una vuelta a la sensibilidad, una aproximación casi espiritual a la experiencia artística. Los refugios, afirma el artista, son espacios para volver a sintonizarse y, de este modo, la instalación sigue su camino en la exploración del arte como canal de transformación y expansión de conciencia.
Vol d'esponja, 2024 © Rosa Tharrats
En el auditorio de la Fundación, Aram de Fito Conesa (Cartagena, 1980) se presenta como un relato audiovisual que explora la noción del territorio herido. Conesa centra su atención en la relación entre el ser humano y la naturaleza, especialmente en lo que se refiere a lo que se pierde o se degrada a través de la explotación y el olvido. Mediante una combinación de imágenes en movimiento, voz y música, Conesa teje una narrativa que oscila entre la poesía visual y el testimonio social. Su obra utiliza la voz como elemento fundamental para construir un relato íntimo, donde la memoria oral se convierte en herramienta de resistencia y reconocimiento. A través de este proyecto, Conesa cuestiona las estructuras de poder que moldean el paisaje y denuncia las consecuencias de la acción humana desconectada de su entorno.
Anòxia, un preludi constant, 2023 © Fito Conesa
Finalmente, en el Espai Zero, Biel Llinàs (Felanitx, 1993) presenta Palacios de la memoria, una instalación que explora el vínculo entre espacio, memoria e identidad. Durante su período de residencia artística en la Casa de Velázquez, en Madrid, Biel Llinàs se ve profundamente influenciado por la historia del edificio. Los espacios, cargados de relatos y vivencias, despiertan su curiosidad y, siguiendo una serie de pistas documentales, Llinàs logra reconstruir el camino que separa el momento presente del pasado histórico. Su proyecto propone una exploración e hipótesis de espacios físicos y temporales que nos acercan a una arquitectura en la que ciertos elementos ya no son fácilmente identificables e incluye una serie de piezas escultóricas y maquetas que evocan espacios domésticos, religiosos e institucionales, todos ellos con una fuerte carga afectiva. Llinàs explora las tensiones entre lo que recordamos y lo que imaginamos haber vivido, rompiendo con la frialdad que a menudo se asocia a la arquitectura.
Con estas tres exposiciones, que podrán visitarse hasta el 31 de agosto, la Fundación Miró Mallorca reafirma su papel como centro de creación, investigación y exhibición artística contemporánea, abriendo espacios para la reflexión sobre el presente a través de voces diversas. El diálogo con la naturaleza, la materia y la memoria es el hilo conductor que une estas muestras, que cada artista despliega desde distintos lenguajes.
"Esfondrar-se (no veurer-les venir)", 2024 © Biel Llinàs