Nathalie Rey: el été de las serpientes

La artista francesa Nathalie Rey (París, 1976) aterriza en la Fundación Arranz-Bravo de Hospitalet de Llobregat con la exposición L'été des serpents. A pesar de su dilatada carrera artística —que incluye residencias en Berlín o Estambul y una destacada presencia en el ámbito galerístico barcelonés (galerías Alalimón o Artfutura)—, ésta es su primera exposición individual en Hospitalet.

Le acompaña en esta aventura el historiador del arte Jordi Garrido (Barcelona, 1991), quien, más allá de las tareas puramente comisariales, ha aceptado el juego de convertirse -a través de sus palabras- en una especie de alter ego del artista. La obra de Rey es fundamentalmente performativa y claramente provocativa —sólo es necesario entrar en su web para que nos apunte con un arma—, y combina una gran variedad de lenguajes y soportes que adapta a sus necesidades. Los resultados se convierten en una mezcla de inocencia y crudeza que atentan contra el espectador para confrontarlo, de manera directa y sin miramientos, con el entorno y consigo mismo. La propuesta de Garrido para esta exposición ha sido presentar los últimos trabajos del artista y, al mismo tiempo, ir un poco más allá: procurar que la experiencia vital de Rey en relación con la práctica artística tenga un peso específico dentro de la muestra.

The Planet of the pigs series 2, Nathalie Rey (2022)

Y si hablamos de experiencia vital, resulta imprescindible que algunas de sus grandes influencias se asomen de forma más o menos evidente. Por este motivo, la artista francesa Niki de Saint Phalle (1930 – 2002) –gran influencia de Rey– se respira en esta exposición. Con estas premisas, se explica una nueva biografía del artista –más próxima a la creatividad que a la realidad– a través de una serie de instalaciones que tienen el deseo como hilo conductor. Este deseo tiene mucho que ver con la concepción del arte del artista que podríamos definir como una combinación de introspección, crítica social y narrativa en busca de generar múltiples capas de significado y complejidad que va más allá del activismo o la denuncia explícita. Y es que Rey considera que el arte no debe dar respuestas simples o lineales a grandes problemas sociales, sino que debe permitir múltiples lecturas e interpretaciones. Esta voluntad se refleja en esta exposición, en la que se combinan elementos diversos —referencias a la historia, la literatura o la política— para construir narrativas que desafían las expectativas del público.

Shipwreck I, variation, Nathalie Rey (2019)