Marta Palau: tierra, cuerpo e identidad

El Museu Tàpies abre sus puertas a Marta Palau. Mis caminos son terrestres, una retrospectiva que reivindica la herencia de esta artista catalana, nacionalizada mejicana, y pone en diálogo su trayectoria con las tensiones de nuestro tiempo. El título de la exposición, que hace referencia a una muestra que Palau presentó en 1985 en México, encapsula su pensamiento: la tierra como materia, como hogar, como frontera y como origen.

Desde Albesa, el pueblo de Lleida en el que nació en 1934, hasta Ciudad de México, donde murió en el 2022, Palau construyó un lenguaje artístico singular que aborda el desplazamiento, el territorio y la identidad. El exilio de sus padres en 1941 la llevó a Tijuana, un espacio fronterizo que dejó una impronta profunda en su obra. Con una mirada que conecta la tradición indígena con las vanguardias, su trabajo aborda el dolor y la resistencia, pérdida y reconstrucción.

La exposición reúne dibujos, pinturas y grandes instalaciones textiles, acompañadas de documentos de su archivo personal jamás expuestos hasta ahora y se vertebra a partir de dos conceptos esenciales: la tierra como espacio de migración, exilio y acogida, y el cuerpo como testigo del trauma y la superación, capaz de fecundar. El recorrido se inicia con dos piezas clave: Cascada e Ilerda V, un tapiz que rinde homenaje a su tierra de origen. Su relación con el textil, fruto del aprendizaje con Josep Grau-Garriga, se refleja en la forma de trabajar la materia, dando volumen a las fibras y convirtiendo los materiales sencillos en artefactos cargados de significado.

Cascada (1978) i Ilerda V (1973), Marta Palau

Esta exposición no sólo quiere mostrar la obra de Palau, sino también recuperar figuras clave de la historia del arte que han quedado al margen de los discursos hegemónicos. Como afirma la comisaria Imma Prieto, "El trabajo de Marta Palau restituye nuestra memoria y nuestra historia, abriendo espacios de reflexión y resistencia." Marta Palau no se limitó a crear, sino que también impulsó estructuras de apoyo al arte en México, con una presencia destacada en eventos internacionales como la Bienal de São Paulo o la de La Habana. Pese a ser reconocida primeramente en Brasil y Cuba que en su propio país de adopción, su influencia en México se consolidó con el tiempo, hasta recibir el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2010.

Xaman de la terra guerrer, Marta Palau. Col·lecció Gassol Palau

Según su hija, Marta Gassol, Marta Palau fue una mujer apasionada por México y su cultura, una artista incansable e innovadora que demostró que el arte puede nacer de los materiales más humildes. Los feminicidios y la violencia de género marcaron una etapa crucial en su obra, orientándola hacia una exploración del poder del femenino y la memoria ancestral. Ahora, Marta Palau vuelve a Cataluña y llega al Museu Tàpies, un espacio donde su obra se encuentra con las de uno de sus grandes referentes, Antoni Tàpies. Ambos artistas compartían una mirada sobre el cuerpo y la materia, explorándola desde una dimensión telúrica y alquímica. Palau, que en diversas entrevistas reivindicaba la influencia de Tàpies, establece así un profundo vínculo entre su legado y el de uno de los grandes nombres del arte contemporáneo.

Naualli, Marta Palau. © MUAC/UNAM. Comodato Julian Varela Gassol