La temporada expositiva del Azkuna Zentroa se ha inaugurado con el proyecto 'Escala 1:1', una muestra de Ixone Sádaba que transporta visualmente la central nuclear de Lemoiz al espacio expositivo, abriendo un diálogo sobre su memoria, su legado y su futuro.
La historia de Lemoiz es una historia de tensiones, de conflictos y de un pasado que todavía resuena en el presente. Proyectada durante el franquismo y abandonada definitivamente en 1984, la central nunca llegó a entrar en funcionamiento. Desde entonces, el recinto ha estado rodeado de prohibiciones y silencios, mientras la naturaleza recupera su espacio entre los restos de hormigón. En este contexto, Sádaba se pregunta cómo podemos mirar un lugar vetado, cómo comprenderlo y representarlo cuando su realidad nos es negada. La exposición despliega una investigación fotográfica en la que fragmentos de la central son proyectados a tamaño real sobre las paredes de la sala, generando un efecto de inmersión casi físico. Así, las imágenes no son sólo documentos visuales, sino ventanas hacia un espacio inaccesible, testigos de un pasado lleno de significados. En este proceso, la fotografía se convierte en un medio para restaurar cierta presencia de Lemoiz, aunque sólo sea a través de sus sombras proyectadas.
'Escala 1:1', Ixone Sádaba
Comisariada por Carles Guerra , la muestra surge de una búsqueda de cuatro años en la que Sádaba ha explorado los usos de la fotografía industrial y corporativa, recopilando imágenes de la construcción de la central y su estado actual. El trabajo no se limita a la representación de las ruinas, sino que reflexiona sobre la propia naturaleza de la fotografía como herramienta de documentación y como espacio de memoria. La imposibilidad de una visión total del complejo se traduce en una secuencia de imágenes parciales, que juntos intentan reconstruir una realidad esquiva. Una pieza de la exposición es la réplica del mirador original de 1974, desde la que se supervisaba el avance de las obras. Reubicado ahora en la entrada de la muestra, este elemento se convierte en una metáfora de la observación y del control, pero también de la necesidad de replantear nuestro acceso a estos espacios. Desde esta nueva atalaya, nos encontramos inmersos en la paradoja de contemplar lo vetado durante décadas.
En definitiva, 'Escala 1:1' no sólo habla de Lemoiz, sino que nos interpela sobre el poder de las imágenes, sobre el papel de la memoria colectiva y sobre cómo construimos el relato del pasado.
'Escala 1:1', Ixone Sádaba
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