INSULAE es una propuesta artística que surge del amor por los mapas, la pasión por las islas y el fenómeno de la pareidolia. Combinado con los conceptos de dérive y flâneurs inspiran la creación de cartografías (in)tangibles que se sumergen en la idiosincrasia intra(inter)personal. A partir de la adicción de capas procedentes de la realidad y de cuestionarse qué influencias socioculturales edifican la identidad de las personas, los mapas cuentan historias que permiten nexos abiertos. Las referencias interconectadas añaden una nueva capa metafísica que brinda un juego de descubrimiento del (auto)conocimiento y que, al mismo tiempo, eleva las cartografías interiores a un estadio de fantasía para, de inmediato, devolverlas a la realidad para hablar de identidad. Sirviéndose de la estética y del lenguaje geográfico, el proyecto utiliza ámbitos de la vida, cotidianos y específicos, para bautizar los mapas con toponimia de estas temáticas. El resultado es un ejercicio de cartografía poética y de psicogeografía que transita entre realidad y ficción. La parte intangible se complementa con una parte tangible divulgativa que trata la interdisciplinariedad de la geografía como la relación entre arte y islas.
A partir de las primeras manifestaciones figurativas y arquitectónicas de la antigüedad, la relación entre arte e islas ha sido prolífica en la historia. Las culturas minoica y micénica se desarrollaron en la isla de Creta desde el III milenio a. C. hasta el 1000 a. Algo más al norte de Creta, un campesino desenterró una estatua de mármol blanco del 130aC en la isla de Milos. La Venus que recuperó se convirtió en la escultura más representativa del período helenístico.
'Femmes de Tahiti', Paul Gauguin (1891)
Los Mares del Sur fueron el escenario escogido por Paul Gauguin para redirigir su búsqueda interior hacia una sociedad no contaminada por el progreso. El pintor se cansó de la vida moderna y huyó de París para acercarse a estilos de vida más cercanos a la naturaleza. Si por alguna isla es conocido Gauguin es por sus estancias en la Polinesia Francesa: tanto en las islas de la Sociedad, como en las Marquesas donde murió. En Tahití, Guaguin, rodeado de un ambiente exótico, utilizó colores vivos y llanos para expresar la ingenuidad del pueblo polinesio. A su juicio, ni el realismo ni el impresionismo podían captar la pulsión que emanaba de las entrañas para representar la autenticidad perdida. En ese entorno tan alejado, se sintió cómodo para escudriñar su interior dejándose llevar por la imaginación de que la metrópoli aniquilaba. El estilo primitivo iniciado por Gauguin se le etiquetó de postimpresionista y marcó el camino de otras corrientes vanguardistas como el fauvismo.
El entorno insular se ha erigido en una tendencia de moda a la hora de acoger muestras de arte contemporáneo. Parece ser que la elección de islas como escenario cultural responda a un propósito de dar mayor protagonismo a la naturaleza como hiciera Caspar Friedrich. El pintor romántico convirtió el paisaje en un personaje más y lo cargó de una áurea de misticismo trascendental. Al mismo tiempo, el aislamiento de los emplazamientos insulares puede interpretarse como la búsqueda de una relación más íntima entre las obras, el entorno y el espectador al convertir las visitas en experiencias sensoriales únicas.
'Big Be-Hide', Alicja Kwade, Biennal de Helsinki, 2021 © Maija Toivanen
En 2021, Vallisaari fue el escenario la primera Bienal de Helsinki. La isla, a unos 10 km al sudeste de Helsinki, había sido abandonada después de servir como almacén armamentístico. La naturaleza reconquistó su espacio y se había hecho famosa por reunir la mayor concentración de mariposas del país. A Vallisaari se puede llegar en ferry, en barco, en kayak e, incluso, están permitidos los perros.
Desde 2010, la región del Mar de Seto acoge la Triennale de Setouchi. Casi todas las islas son localizaciones de la feria de arte contemporáneo, pero la que se lleva a todos los focos es la de Naoshima. Ha sido bautizada como la isla del arte por la gran presencia de museos, galerías e instalaciones modernas en la vía pública y al aire libre. Mientras que en el norte, existe una factoría de Mitsubishi, el resto está volcado en el art. El museo de Tadao Ando, en el este, acoge obras de artistas como Turrell conocido por trabajar con la luz y el espacio en movimiento, pinturas de cascadas de Senju o el artista de land art Walter de María. En el sur, se encuentran, la Benesse House Beach, un hotel-museo y en una colina deliciosamente integrada en el paisaje, el Museo de Chichu con obras de Monet.
La imagen que resume la vinculación de Naoshima con el arte son las piezas del artista Yayoi Kusama. El trabajo de la japonesa que reside en la isla se caracteriza por su obsesión con las calabazas. En Naoshima, hay dos al aire libre y cerca del mar. Una roja en el puerto, al oeste, y una amarilla en el sur, cerca de la Benesse House. En el 2021, un tifón se llevó la calabaza amarilla de su emplazamiento y la derribó al mar. Según Kusama, la acción se trataba de una performance para reflexionar sobre las consecuencias del cambio climático y la situación del medio ambiente.
Instal·lació Surrounded island, Florida, 1983. © Christo and Jeanne-Claude Foundation
En mayo de 1983, Christo y Jeanne Claude maravillaron al mundo con una obra monumental en Miami. Los dos artistas nacidos el mismo día, mes y año (13/6/1935) cubrieron once islas de Bay Biscayne durante dos semanas con una tela de color rosa que titularon Surrounded Islands. Más allá del impacto visual y las consideraciones estéticas de la cubrición de edificios, costas, o islas, sus proyectos transitaron por la sociedad con polémica. En 2016, Christo obsequió al público que se acercó al lago Iseo con Floating Piers. La obra consistía en unas plataformas anaranjadas que unían a Sulzano con la isla del Monte Isola y desde aquí al pequeño islote de San Paolo. Las plataformas medían unos 16 metros de ancho y el recorrido total que podía hacerse caminando se aproximaba a los 3 km. La experiencia de la caminata permitía al espectador aplicar los principios del land art en los que cada uno modifica su paisaje a través del tráfico por el territorio. Sin embargo, en este caso, la provisionalidad de la obra provocó que el público pudiera pasearse por un lugar donde normalmente es imposible caminar.
No muy lejos de Sulzano, a unos 500 km en dirección suroeste, se llega a la península de Giens, en plena Riviera francesa. Desde allí, se puede tomar un barco para visitar la isla de Porquerolles. Hasta 2018, las actividades de los turistas consistían en rutas a pie, en bicicleta o inmersiones de submarinismo. A partir de ese año, Édouard Carmignac, a través de su Fundación, inauguró un museo que enriquecía la oferta con una propuesta de primer nivel. Villa Carmignac nació para fusionar arte y paisaje con aroma mediterráneo. La familia Carmignac, conocida por su vinculación con las finanzas, ha reunido una colección de lujo que incluye obras de Duffy, De Kooning, Lichtenstein, Calder, Rothko, Warhol, Basquiat, Haring, Koons o Baldessari. El recinto cuenta también con un jardín de esculturas con piezas de Barceló, Plensa o Ruscha, exposiciones temporales y un premio anual prestigioso de fotoperiodismo.
Cataluña tiene pocas islas. Pero una es muy conocida en el mundo del arte. El tercer vértice del triángulo mágico de Salvador Dalí después de Figueres y el Púbol, está situado junto a la isla de Portlligat. El pintor surrealista afirmaba que “en este lugar privilegiado lo real y lo sublime se tocan. Mi paraíso místico comienza en la Plana del Empordà, rodeado por las colinas de las Alberes y encuentra la plenitud en la Bahía de Cadaqués”. La pequeña isla era el paisaje que Dalí observaba todos los días cuando miraba el mar desde su casa.
Lichtenstein explosions, inspirat en dues peces de la sèrie 'Explosions' de Roy Lichtenstein