En la Capilla del Rosario de Ciutadella (Menorca), un espacio cargado de simbolismo y misticismo, Jordi Isern (Barcelona, 1962) presenta por primera vez su obra en Menorca. La exposición, titulada 'Hybris y Cosmos', presenta siete piezas dedicadas a la pasión, tres que exploran la muerte y otras tres centradas en la resurrección. Este recorrido pretende ser un viaje hacia la esencia humana, utilizando el cuerpo como protagonista y metáfora universal para plantear las grandes preguntas en torno a la existencia.
Las obras de Isern, centradas en la representación de la anatomía humana con especial atención al rostro, transmiten un profundo simbolismo en el que el cuerpo se presenta como un reflejo del cosmos, un espejo del universo y de sus dualidades. En este contexto, Hybris se erige en una alegoría de la desmesura humana, mientras que Cosmos sugiere el cuerpo como una síntesis de todo el universo.
Isern, considerado un referente del realismo abstracto, cree firmemente en el poder de la visión y la imagen como herramientas para explorar cuestiones sagradas y esenciales. Según el artista, éstas son capaces de ofrecer respuestas sobre los grandes enigmas de la vida, como el dolor, la eternidad, el infinito o la propia existencia humana. El artista considera la figura humana esencial para entender lo que nos une como seres vivos. En sus palabras: “Lo que hago con mi arte es un homenaje a la figura humana; necesito hablar desde ella, de nosotros, de lo que nos pasa y de lo que nos reúne.”
Esta conexión se hace especialmente palpable en un espacio como la Capilla del Roser, que ofrece un ambiente idóneo de meditación e introspección. La muestra, que ha sido comisariada por Enric Tubert y que se podrá visitar hasta el 18 de enero , aprovecha la espiritualidad del lugar para potenciar el misterio de las obras de Isern.