Este domingo 15 de diciembre, el Palacio de Requesens de Molins de Rei abrirá sus puertas al público como Museo del Renacimiento , culminando así un proceso de restauración que ha transformado este edificio histórico en un punto de referencia cultural. El museo celebrará el patrimonio artístico e histórico de una de las épocas más fascinantes de la humanidad y también destacará el papel que tuvo la villa en ese período. Además, se trata del primer museo monográfico dedicado a profundizar en el arte y la historia de esta etapa, un hito en el ámbito cultural catalán.
El origen del Palacio de Requesens se remonta al año 1430, cuando Galceran de Requesens recibió el privilegio de convertir a Molins de Rei en una baronía y comenzó la construcción de este edificio emblemático, que a lo largo de los siglos ha acogido figuras tan ilustres como Juan II de Cataluña y Aragón, los Reyes Católicos o el emperador Carlos V . Declarado Bien Cultural de Interés Nacional en 1949, el palacio se convierte ahora en un espacio dedicado a la divulgación del arte, la historia y la vida cotidiana del Renacimiento.
El museo presenta un relato articulado en tres grandes ejes que se despliegan a lo largo de sus tres plantas. La primera planta cuenta la historia de la familia Requesens y la importancia de su legado en Molins de Rei. El arte del Renacimiento, protagonista de la segunda planta, se presenta como una mezcla entre la tradición gótica local y las innovaciones llegadas del exterior, como el uso de la perspectiva y la pintura al óleo . Cataluña, lejos de los principales centros artísticos de Europa en el siglo XVI, adaptó estas novedades gracias a los intercambios culturales, a los grabados que inspiraban a los artistas locales ya la presencia de artistas extranjeros. Esta síntesis dio lugar a obras que representaban la realidad con una renovada sensibilidad. Por último, en la tercera planta la vida cotidiana del siglo XVI cobra vida a través de los objetos expuestos, testigos directos del día a día de esta época. Piezas como copas de vidrio, relojes o monedas, permiten hoy entender más sobre las costumbres e innovaciones del momento. Estos objetos, a menudo complementados por su aparición en obras pictóricas, nos hablan no sólo de funcionalidad, sino también de la belleza y refinamiento de una era marcada por el cambio y la transformación.
Las obras en el Museo del Renacimiento provienen de una extensa red de colaboración entre instituciones museísticas. Destacan cesiones del Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo de Historia de Barcelona, el Museo Frederic Marès, el Museo del Diseño de Barcelona, el Museo Diocesano y Comarcal de Lleida, la Universidad de Barcelona y el Centro de Documentación y Museo Textil de Terrassa . A esta lista se añade el Museo Nacional del Prado , que contribuye con su programa de expansión #ElPradoExtendido, reforzando así la dimensión nacional del proyecto. Además, el museo también exhibe prendas procedentes de la colección municipal.
Más allá de ser una exposición de obras de arte, el museo se ofrece como espacio de reflexión, que permita entender a los visitantes el impacto del Renacimiento en el contexto catalán y europeo. Damià Martínez , director del museo, señala que este proyecto tiene una clara vocación pedagógica y se dirige a un público amplio que incluye tanto visitantes ocasionales como académicos especializados. Esta iniciativa es también un ejemplo de cooperación institucional e inversión pública, ya que el proyecto ha sido posible gracias a la colaboración entre diversas administraciones, minimizando el impacto económico para el ayuntamiento. Asimismo, la colaboración con la Cátedra del Renacimiento de la Universidad de Barcelona asegura que el museo mantenga una conexión constante con la investigación y conocimiento académico.
Con este nuevo museo, Molins de Rei se posiciona como un punto clave en la geografía cultural catalana, ofreciendo la posibilidad de redescubrir el Renacimiento desde perspectivas históricas, artísticas y humanas. El Palacio de Requesens revive como un monumento restaurado, al tiempo que proyecta una nueva visión de futuro para la cultura y la historia en Cataluña.
Retrat de cavaller de l'orde de sant Jaume, Anton van Dasshort Mor (s. XVI). MNAC