Simone Fattal (Damasco, 1942) fue ganadora del Premio Julio González 2024 , y ahora el IVAM le rinde homenaje con una exposición que recorre toda una trayectoria profundamente marcada por el desplazamiento y una obra donde la mitología nos habla, a la vez, de memoria col. ·lectiva.
Bajo el título 'Suspensión de la incredulidad', en referencia a la idea de Samuel Taylor Coleridge sobre la aceptación sin dudas de elementos fantásticos en la ficción, la muestra propone un recorrido que abarca desde 1999 hasta 2023, con una selección de 85 obras que incluyen esculturas, dibujos y trabajos editoriales. Ésta es la primera exposición de Fattal en España y, comisariada por Nuria Enguita y Rafael Barber , no pretende ser una retrospectiva, sino un relato visual de lo que ha sido su vida y obra artística.
Simone Fattal, criada en Líbano, empezó su carrera artística de forma autodidáctica en Beirut en 1969, después de haber concluido sus estudios de filosofía en París. Sus primeras obras estaban marcadas por paisajes abstractos de lugares emblemáticos de Líbano, como el Monte Sannine y el paseo marítimo de Beirut. En 1973, realizó su primera exposición individual en la Gallery One de Beirut, donde siguió exponiendo hasta el comienzo de la guerra civil libanesa, lo que le obligó a abandonar el país.
'La Montagne', Simone Fattal (1973). Barjeel Art Foundation
Trasladada a California, Fattal fundó la editorial The Post-Apollo Press, un punto de inflexión en su vida. Después de años dedicados a la edición, el artista reanudó el arte en 1988, centrándose en la escultura. A través de disciplinas como la escultura, la pintura y la fotografía, Fattal se ha inspirado a lo largo de los años en figuras históricas del Mediterráneo para crear una cosmogonía de cuerpos y arquitecturas. Sus esculturas, realizadas en bronce, gres o barro, evocan elementos literarios como cuentos sumerios, épicas árabes o poesía sufí y, a menudo, recuerdan artefactos antiguos. Su obra se nutre de la mitología, abrazando desde el antiguo Egipto hasta el misticismo sunita y la tradición grecorromana, y da forma a figuras arquetípicas que integran narrativas históricas en el contexto actual. Esta visión se ve intensificada por su profundo vínculo con la literatura, tal y como el artista ha afirmado: “Soy muy literaria, mi obra guarda relación con la literatura: motivos, argumentos, ideas… Es una obra muy íntima, propia, muy individual, viene de mi corriente de pensamiento. Si estoy pensando en un Ulises, creo un Ulises, es un diálogo interior”.
Abdel Wahab, Simone Fattal (2006). Cortesia de Sharjah Art Foundation Collection
La muestra en el IVAM se organiza en tres espacios, empezando con los trabajos editoriales de Fattal, que revelan su pasión por la literatura y la narrativa. El recorrido sigue con sus esculturas, donde la cerámica se convierte en un vehículo para explorar los límites de la figuración. En la sección final, la exposición concluye con una instalación de dibujos de gran formato, donde el artista despliega un lenguaje gestual y abstracto. En sus dibujos, Fattal crea un "texto" sin letras ni puntuación, formado únicamente por gestos, goteo de tinta y agua.
Uno de los aspectos más destacados en la producción de Fattal es su profundo vínculo con la antigüedad, que se manifiesta como un eje central en su obra. Sus esculturas son concebidas como documentos visuales que perpetúan y custodian la memoria colectiva de las civilizaciones humanas. Este diálogo con el pasado le permite plasmar el espíritu de un tiempo y espacio que, siendo lejano, se resignifica en el presente. En palabras de la propia Fattal, "el arte sirve para que la gente no olvide, para recordar". Sus esculturas y dibujos no sólo son objetos, sino documentos visuales que nos hablan de la condición humana, de la migración, de la guerra y de la identidad.
Simone Fattal a l'IVAM. © Miguel Lorenzo