Si hay algo que une a Joan Brossa (Barcelona, 1919-1998) y Chema Madoz (Madrid, 1958) es la capacidad de mirar más allá de lo que parece evidente. A través de sus obras, ambos han transgredido la realidad y los objetos cotidianos para transformarlos a través de conexiones inesperadas y al mismo tiempo llenas de sentido. Ahora, por primera vez, la galería Prats Nogueras Blanchard muestra en 'Juegos Reunidos' las conexiones entre estos dos creadores.
Joan Brossa, poeta visual por excelencia, y Chema Madoz, maestro de la fotografía conceptual, comparten una sensibilidad especial por descifrar las relaciones escondidas entre objetos, ideas y significados. Sus trabajos son una exploración constante para evidenciar que el objeto más trivial puede estar cargado de simbolismo. Sus obras descontextualizan, manipulan y dotan de nuevos significados lo que ya conocemos.
La exposición invita a jugar, a poner en entredicho la lógica habitual y reconsiderar la función de las cosas. Esta mirada poética compartida entre ambos es una forma de habitar el mundo, de descifrar sus múltiples capas y de evidenciar las posibilidades infinitas que se esconden tras cada detalle. 'Juegos Reunidos' evidencia esta conexión entre Brossa y Madoz. Aunque en el 2019 ya se publicó Fotopoemario, obra que une la fotografía de Madoz con las metáforas de Brossa, la exposición actual va más allá. Sus obras conviven en un espacio común, donde el blanco inmaculado de las paredes de Prats Nogueras Blanchard provoca la sensación de estar dentro de un mundo en el que todo está interconectado y en diálogo constante.
La exposición, que no deja de ser un homenaje a ambos, pone en evidencia una forma de hacer y de pensar, a la vez que invita a imaginar ya repensar nuestra propia manera de entender lo que nos rodea.