Max Ernst: entre el arte y el cine

La frontera entre el arte y el cine, si hay alguna, es totalmente difusa en la exposición que acoge el Círculo de Bellas Artes : 'Max Ernst: Surrealismo, Arte y Cine'. Se trata de una inmersión en la vida y obra de uno de los grandes maestros de la vanguardia europea, y lo hace a través de la conexión de la obra de Ernst con el séptimo arte. Comisariada por Martina Mazzotta , historiadora del arte, escritora e investigadora en The Warburg Institute de Londres, y Jürgen Pech , excomisario del museo de Max Ernst de Brühl, la muestra explora una relación hasta ahora poco tratada entre el artista y el mundo del cine, un diálogo todavía presente.

El Círculo de Bellas Artes se suma así a la celebración del centenario del manifiesto surrealista con esta exposición que podrá visitarse hasta mayo y que recoge el legado artístico de Max Ernst (Brühl, 1891- Paris, 1976), posicionándolo como una figura fundamental en la creación del lenguaje visual que transformó en el siglo XX.

'L’habillement de l’épousée', Max Ernst (1973-1975). © Museu Max Ernst, Brühl

Ernst fue pintor, escultor, dibujante, artista gráfico, poeta y teórico del arte, y nunca paró de experimentar. En los últimos años, comisarios de todo el mundo han profundizado en obras y creaciones menos conocidas de Ernst, revelando nuevas perspectivas tanto históricas como teóricas. El pintor se presenta así como un intelectual interdisciplinario, constantemente inspirado por los grandes maestros del pasado, pero también como un innovador creador que amplió las posibilidades del arte de su época. La muestra la forman casi 400 piezas, entre pinturas, esculturas, collages, frottages, libros ilustrados, fotografías y filmes, articuladas de forma que crean una red de conexiones y paralelismos para mostrar su influencia constante en el cine , el surrealismo y la cultura visual de gran parte del siglo XX.

'La roue de la lumiére', Max Ernst (1926). Col·lecció particular

Estas influencias ya se pueden percibir con las dos pinturas al inicio de la muestra: una nuez atravesada por hierros y un ojo perforado, elementos oníricos e inquietantes, ambas obras datadas de 1922, dos años antes de la publicación del Manifiesto surrealista y siete años antes de Un perro andaluz de Buñuel.

Este tipo de ensamblaje entre cine y pintura no es sólo un hecho accidental, sino una constante a lo largo de su carrera, y es uno de los puntos más interesantes de la muestra, que logra trazar estos paralelismos entre la pintura y el cine , estableciendo una comunicación directa entre las dos disciplinas. Ernst, que empezó como dadaísta y se integró en el surrealismo, aprovechó su conexión con el cine para expandir las posibilidades de su lenguaje visual. Fue un participante activo en la evolución del cine, más allá de ser actor, miembro de jurados cinematográficos e incluso diseñador de premios. En la muestra también se pueden ver sus vínculos con figuras como Henri Gruel, Jan Švankmajer y Roman Polanski , así como una selección de filmes que fueron inspirados por su obra, como los cortos de Buñuel y Dalí , o las películas de Hans Richter, Peter Schamoni y Jean Desvilles .

Max Ernst a la pel·lícula Dreams that money can buy (Hans Richter, 1945). © Colecció Dietmar Siegert, Munich

Pionero de la técnica del frottage, las formas orgánicas y biomórficas que creaba con esta técnica inspiraron a todo un universo de personajes y situaciones que recordaban a los fósiles y estaban muy ligadas a un mundo onírico. Pero quizá lo más interesante de todo sea la forma en que la muestra nos invita a repensar la vida de un artista que no sólo experimentó con técnicas y formatos, sino que vivió en un contexto de constante experimentación y transformación. Su obra, muy potente visualmente, marcó una etapa del surrealismo y también la cultura visual contemporánea, configurando un pensamiento crítico fundamental de la modernidad.

En definitiva, 'Max Ernst: Surrealismo, Arte y Cine' ofrece una visión poco tratada del artista y abre una ventana para ver cómo el cine y el arte se han influido mutuamente a lo largo de décadas, creando una relación de simbiosis todavía vigente. Max Ernst fue pintor durante toda su vida pero se convirtió en un creador de realidades múltiples, una figura que creció a través de la experimentación y la libertad creativa.

'Homme', Max Ernst (1960). © Museu Max Ernst, Brühl