El gran museólogo francés Georges-Henry Rivière, uno de los impulsores durante los años setenta del siglo XX del movimiento de la “nueva museología”, afirmaba que “la exposición es el medio por excelencia del museo, el instrumento de su lenguaje particular”. De acuerdo con este postulado, puede decirse que los museos se comunican y hablan sobre todo a través de sus exposiciones. Así, toda exposición y por extensión toda programación expositiva es esencialmente un acto de comunicación. Ciertamente, la construcción de un lenguaje expositivo propio, identificado como tal tanto dentro como fuera del museo, constituye un proceso complejo en el que intervienen una gran diversidad de factores.
En primer lugar, sin duda, cabe mencionar la naturaleza, tipología y número de las colecciones que constituyen su patrimonio y que, en primera instancia, condicionan el alcance de su ámbito temático de actuación potencial y, al mismo tiempo, también de su percepción social y mediática.
En segundo lugar, resulta también importante el conocimiento del número y tipología de los públicos, reales y potenciales, identificados por la institución, y en la medida de lo posible, el conocimiento también de sus necesidades, intereses y expectativas.
En tercer lugar, es necesario considerar la naturaleza y el peso de las tradiciones museográficas vigentes en la institución y, al mismo tiempo, el margen de flexibilidad que estas tradiciones posibilitan. Por último, el paisaje requiere, además, no descuidar la parte que representa el número y la tipología de los recursos económicos, técnicos y, sobre todo, humanos de los que el centro dispone. Este último elemento anteriormente mencionado, es decir, las personas que participan en el proceso de definición e implementación de este lenguaje y, especialmente, su grado de talento y experiencia, su talante más innovador o más convencional, y en última instancia , su particular mirada y gustos estéticos me parecen ingredientes de un peso muy determinante a la hora de configurar el lenguaje expositivo de un museo.
Expresión estética y simbólica
Mi experiencia profesional en el sector de los museos me ha enseñado que toda exposición es siempre una forma y un producto de expresión estética y simbólica de carácter colectivo, asimilable en gran parte a una película oa una representación teatral, y , en consecuencia, estoy firmemente convencido de que existe también un “arte de exponer” que, a diferencia de otras artes y expresiones visuales contemporáneas, no debe obtenido todavía el pleno reconocimiento académico, social y mediático que, en mi opinión, merece.
Por último, y no por mencionarse el último deja de ser uno de los más importantes, cabe mencionar la visión y, sobre todo, los valores que el museo asume y defiende, y que, en consecuencia, inspiran y guían toda su actividad institucional .
Retos y exigencias
En relación con esta última problemática, me parece especialmente importante destacar cuatro grandes retos o exigencias que, cada vez más, plantean en los museos contemporáneos, cualquiera que sea su talla, orientación disciplinaria o forma de gobernanza.
El primero de ellos es el de su contribución al desarrollo sostenible, su compromiso por convertirse en un museo verde: reducir, reutilizar, reciclar, éste es el mantra que recitan los museos comprometidos con esta línea de actuación y que, aplicado específicamente en el ámbito expositivo, determina sobre todo la adopción de nuevos estándares y protocolos para desarrollar el trabajo expositivo con criterios de mayor sostenibilidad.
El segundo reto a considerar tiene que ver con la noción de inclusión, que cada vez más constituye también un tema central en las preocupaciones de las instituciones museísticas contemporáneas. Aquí, las prácticas emergentes persiguen sobre todo hacer desaparecer o, al menos, mermar todas aquellas barreras que impiden el acceso libre y pleno a la cultura y el patrimonio a todos los colectivos sociales, sean de carácter físico, intelectual, social, cultural o económico. Es el retorno del concepto de "museo social" que durante los años sesenta y setenta del siglo XX caracterizó la emergencia de la "nueva museología". A la noción y problemáticas de inclusión, es necesario vincular también las necesidades de garantizar un equilibrio justo en la representatividad social y, especialmente, de género, en los lenguajes y prácticas expositivas de los museos. En este sentido, es necesario tener presente la capacidad de las instituciones museísticas de crear y, a la vez, legitimar imágenes y representaciones sociales.
Exposició 'Dones de paraula' al Museu Frederic Marès.
Por suerte, los esfuerzos por garantizar la perspectiva de género en los discursos y representaciones vehiculados por los museos, y, especialmente, en sus exposiciones, estables o temporales, cobran cada día más importancia en la agenda de muchos museos en todo el mundo y también en nuestro país. Además, el reto comienza a plantearse también en relación con la presencia y la toma en consideración de las sensibilidades de otros colectivos humanos que, legítimamente, también aspiran a tener visibilidad y representatividad social dentro del ámbito museístico, como ahora los colectivos LGBTIQ+. En conexión con los objetivos y retos de la inclusión y la justicia social, cabe situar también lo que consideramos como tercer gran reto al que también deben hacer frente a los museos contemporáneos en el ejercicio de su práctica expositiva: el ensanchamiento del concepto de democratización en el ámbito cultural.
Aquí, las dimensiones a considerar son de diversa índole. Por un lado, existen las exigencias que plantea la práctica llamada “ciencia ciudadana”, que debemos entender como una manera de producir nuevo conocimiento científico a través de un proyecto estructurado de investigación colectiva, participativa y abierta, impulsado por diferentes tipos de actores, quienes no ejercen necesariamente dentro de los ámbitos académicos. Por otro lado, está el tema de la llamada “descolonización” de los museos, especialmente candente en aquellas instituciones que conservan colecciones ligadas a proyectos imperiales y coloniales. Además, en relación con el reto de lograr una mayor democratización de los museos, es necesario situar el problema y el debate de los aspectos éticos de su financiación y, por extensión, de las exposiciones y otros productos que éstos desarrollan, gracias al mecenazgo de privados , empresas y corporaciones.
[filed45df]
Entretenimiento educativo
Por último, en este paseo a vuelo de pájaro por los principales retos de la práctica expositiva contemporánea, que condicionan estrechamente sus lenguajes expositivos, cabe mencionar también la creciente preocupación de algunos museos por incorporar a sus prácticas o el concepto de endutainment o entretenimiento educativo, que postula la necesidad de incorporar y hacer compatibles objetivos y elementos de diversión en la finalidad tradicionalmente formativa o educativa del museo.
Sin querer profundizar ni cortar el debate, sólo me limito a señalar que, por un lado, y para gran parte de las personas que visitan un museo, la visita libre se produce casi siempre en un tiempo y en un contexto de ocio, y con mayor o menor dimensión e interés cultural.
Por otra parte, los estudiosos y analistas del problema nos advierten y frecuentan museos y exposiciones porque, sobre todo, quieren vivir “experiencias” singulares e interesantes, y esto tanto desde el punto de vista intelectual como sensorial, social y emocional. La motivación ya no es ahora principalmente "aprender" o "cultivarse intelectualmente". Hay también quien quiere vivir una situación de interacción personal con otros, quien quiere jugar y manipular, quien quiere escuchar historias y quien, haciéndolo, quiere oír y emocionarse.
Definitivamente, los museos de hoy deben asumir que tienen públicos muy diversos y, a menudo, contradictorios, una parte de los cuales valora una experiencia de visita en el museo que integre dimensiones más allá del intelecto y, a menudo, más cercanas al juego oa las emociones. Sin la única de las tipologías de visitantes posibles, el homoludens ya hace tiempo que frecuenta nuestros museos y exposiciones, nos pide y nos pedirá una mayor atención y oferta de las que tradicionalmente le hemos otorgado, a riesgo de dejar de interesarle.
Performance d'Otobong Nkanga a l'IVAM.