Desde julio, el Museo de Historia de Cataluña acoge 'Tàpies, arte y activismo', una exposición que revela una faceta de Tàpies poco explorada: su obstinada militancia política y social.
La muestra, comisariada por Albert Mercadé y que podrá visitarse hasta el 2 de febrero, es un relato que abarca desde los primeros años de inquietud política de Tàpies hasta sus últimas acciones. Se trata de un recorrido por una obra que cuestionó dogmas y entendió el arte como una herramienta capaz de construir puentes y futuros más justos, mostrando compromiso con la democracia, los derechos humanos y las causas progresistas.
La trayectoria de Tàpies se vio profundamente influida por el contexto de represión del franquismo. A mediados de los sesenta, su implicación con movimientos antifranquistas como Capuchinada, en marzo de 1966, marcó un punto de inflexión, y le llevó a redactar Memoria personal. Fragmento para una autobiografía, un texto en el que recoge la intensificación de su activismo.
Antoni Tàpies al convent dels Caputxins de Sarrià durant la Caputxinada (1966). Arxiu Nacional de Catalunya. © Guillem Martínez
Durante esos años, Tàpies utilizó su obra para dar visibilidad a la lucha contra el régimen. Los carteles que creó para exposiciones en la Galerie Maeght en París durante los años sesenta y setenta eran auténticos gritos de resistencia, con símbolos como las cuatro barras catalanas o palabras como "asesinos", imposibles de mostrar en la España de aquél momento. Más allá de ser trabajos que podrían tildarse de revolucionarios artísticamente, eran también un mensaje contundente de protesta.
Una vez llegada la transición, Tàpies continuó con esta alianza, que él creía indisoluble, entre arte y política, implicándose en iniciativas como la Assemblea de Catalunya y el Congreso de Cultura Catalana . Obras como '7 de noviembre' -creada en honor a la fundación de la Asamblea- simbolizan el compromiso de Tàpies con los ideales de libertad y justicia. También participó en acciones emblemáticas como la Tancada de intelectuales en Montserrat, una protesta contra el régimen que reunió figuras primordiales de la cultura catalana.
En este periodo, Tàpies encontró en el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) un reflejo de sus ideales, admiraba la fortaleza de los militantes y al mismo tiempo confiaba en su capacidad de unir a las izquierdas catalanas en la lucha.
'7 de novembre' al Museu d'Història de Catalunya. © MHC Pep Herrero
Con la llegada de la democracia, Tàpies siguió apoyando causas internacionales como la lucha contra el Apartheid en Sudáfrica, la guerra en los Balcanes y la defensa de los derechos humanos en todo el mundo. Así como también continuó con su colaboración en iniciativas culturales y políticas en Cataluña, diseñando obras por TV3 y Avui, por instituciones cívicas como el Síndic de Greuges, celebraciones populares como la Mercè y para conmemoraciones históricas como el milenario de Cataluña o los 500 años del libro en catalán. Uno de sus últimos gestos artísticos fue la creación de la cubierta del Estatut de Catalunya, en 2006, sintetizando su compromiso con los valores democráticos y su apuesta por una Cataluña moderna, culta y progresista.
El valor de esta muestra radica en su singularidad, ya que nunca se había explorado de forma tan exhaustiva el arraigo de Tàpies en los movimientos sociales y políticos. La obra creada en homenaje a Joan Miró poco después del asesinato de Puig Antich , es uno de los ejemplos de este compromiso: una gran bandera que une a figuras de la cultura catalana en un clamor colectivo por la libertad, una denuncia clara de la represión y una celebración de la resistencia.
El contexto histórico y social de las obras de Tàpies se entrelaza perfectamente con una de las misiones del Museo de Historia de Cataluña , que es explicar el pasado para entender el presente. Siempre se ha reivindicado en Tàpies como un artista que transformó la plástica contemporánea, pero más allá de eso, dio voz a las más necesarias luchas de su tiempo, toda una lección de historia y compromiso.
Cartell per a l'exposició Tàpies.Monotypes a la Galeria Maeght (1974). Fundació Antoni Tàpies © Comissió Tàpies / VEGAP