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Exposiciones

Artistas catalanes en el París de la Belle Époque

Una mirada a su contribución al panorama artístico europeo, en el Museu Picasso.

'La morfina', Santiago Rusiñol (1894). © Arxiu Fotogràfic del Consorci del Patrimoni de Sitges
Artistas catalanes en el París de la Belle Époque
bonart barcelona - 21/11/24

Es bien sabido y repetido que París se convirtió en el centro neurálgico de la creación artística y cultural a finales del s. XIX y principios del s. XX. Fue en ese contexto que muchos artistas catalanes encontraron en la capital francesa un espacio idóneo para desarrollar su talento y atraerse por la efervescencia de la modernidad.

'De Montmartre a Montparnasse. Artistas catalanes en París, 1889-1914' en el Museu Picasso nos muestra este París, símbolo de libertad e innovación, pero también reivindica la contribución de los creadores catalanes al panorama artístico europeo de esa época. La exposición recoge más de 250 obras de unos ochenta creadores —pintores, escultores, músicos, escritores— que reflejan la riqueza pluridisciplinar y son testigo de tres generaciones de artistas catalanes, entre los que destacan nombres como Santiago Rusiñol, Ramon Casas , Isidre Nonell, Pau Casals o Isaac y Laura Albéniz , pero también otros no tan recordados como Joan Sala o Manuel Feliu de Lemús .

La muestra, que podrá visitarse hasta marzo, consigue transportarnos durante unos instantes al París de finales del siglo XIX y principios del XX, gracias a un soporte visual y documental basado en imágenes y filmaciones que contextualizan los profundos cambios sociales y culturales del momento. Las diversas salas de la exposición desarrollan un relato que aborda temáticas como la llegada de los artistas a París, la bohemia creativa, las noches de la ciudad, la elegancia parisina, los principales polos artísticos y las dinámicas de la escena cultural, hasta la decadencia de esa década optimista y eufórica, marcada por el trágico estallido de la Primera Guerra Mundial. El recorrido termina con un vídeo que recoge el impacto devastador de la guerra, mostrando soldados marchando hacia el frente e ilustrando el final de toda una época.

Artistas catalanes en el París de la Belle Époque 'Interior del Moulin de la Galette', Ramon Casas (1890-1891). © MNAC

Montmartre, Montparnasse y el Barrio Latino se convirtieron en epicentros de una bohemia naturalista que, extendida por Europa a finales del siglo XIX, atrajo a artistas marginales que encontraban en estos barrios pobres un espacio de libertad creativa alejado de las exigencias del mercado burgués. Estas figuras, a menudo consideradas de cierto proletariado artístico, valoraban más la libertad de crear que el éxito comercial, retratando amigos, amantes y escenas de su entorno.

En contraste, la exposición también nos muestra a los pintores que, a pesar de no formar parte de esta bohemia, hicieron carrera en París gracias al apoyo de los grandes marchantes y las oportunidades del mercado burgués. Estos artistas, integrados en círculos más profesionales y acomodados, se dedicaban sobre todo a retratos de encargo en los que la idealización de la figura retratada era esencial, reflejando un París dual en el que convivían la crudeza y la elegancia, la marginalidad y el refinamiento. En este contexto, la mujer burguesa y urbana que pasea por los bulevares, la bohemia, la juventud, el arte, la libertad y el amor definen una determinada forma de vivir que marcaría la ciudad y todos estos artistas.

Artistas catalanes en el París de la Belle Époque 'Eclosió', Miquel Blay (1905).

Otro aspecto relevante de la muestra es la convivencia de artistas consagrados con otros menos conocidos. Esta perspectiva inclusiva da voz a figuras olvidadas por una historiografía a menudo centrada en el impresionismo y las vanguardias, destacando la riqueza y diversidad del panorama artístico de la época. Asimismo, pone de relieve el papel esencial de los memorialistas, que, con sus testimonios directos, ayudan a comprender mejor este período. Un ejemplo son las correspondencias de Enric Casanovas , que han permitido descubrir la existencia de un grupo de artistas como Gargallo, Julio González y Josep Clarà que convivieron durante un tiempo en el Barrio Latino.

En definitiva, el Museo Picasso acoge un relato intenso y complejo sobre el París de la Belle Époque, comisariado y dirigido científicamente por Vinyet Panyella y Eliseu Trenc , que han aportado una visión rigurosa de este período, homenajeando también a una generación de artistas que encontró un espacio para crear con el convencimiento de que el arte era inseparable de la libertad.

Artistas catalanes en el París de la Belle Époque Pablo Picasso i Manuel Pallarès contemplant la torre Eiffel, Pablo Picasso (1900). © Successió Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2024

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