Camila Cañeque (1984-2024) es una joven artista muerta prematuramente que me interesa porque ha transitado un territorio habitado por la negación, quietud y desaparición aspectos fundamentales para la Causa del Arte. Estos principios se encuentran en la obra de Camila, tal y como escribió en una carta a su madre en 2015 sobre la creación artística: “he comprobado que el hilo común en todo mi trabajo es algo así como un arte no d acción, sino de inacción . En el fotograma u obra final hay siempre un componente de cansancio, implica siempre una pasividad frente a un mundo en movimiento (como única alternativa lúcida). Ser agotado, tema agotado, tiempo agotado. Por saturación, por aburrimiento, por abuso, por lo que sea”.
Esta obsesión de momento final, tiempo agotado y cansancio le llevó a hacer un libro: 'La última frase' que consta de 452 fragmentos que recogen el momento final de grandes obras de la literatura. Esta operación “perequiana” llamó de inmediato la atención de Enrique Vila-Matas escritor poco dado a elogios en vano y que consideró este libro como una muestra de belleza, método y estilo.
Me permito interactuar con la historia del arte y me doy cuenta de que Camila se encuentra en la misma órbita que la artista germánico-americana Eva Hesse (Hamburgo 1936-NY 1970) muerta prematuramente como ella, pero que vivió lo suficiente para dejar una obra emblemática, tal y como ha hecho Camila. Ambas trabajan con materiales ligeros, dúctiles poco relevantes, Hesse con el látex, la fibra de vidrio, el papel maché o los cordeles y Cañeque con el espacio y el vacío, la pulcritud minimalista y la evanescencia; por sus características están destinados a un progresivo deterioro con el paso del tiempo, incluso a su desaparición, un punto final, como un helado al sol, tal y como hizo Camila en 'Wasted Time' (Nueva York, 2018) . Camila en su obra hace una alegoría de su propia existencia: hacer nada. La quietud está indicada por todos los objetos que utiliza: colchones, tumbonas, su cuerpo yacente o sedente, sillas, la célebre imagen de su cuerpo tendido sobre el suelo de ARCO y su propia muerte en la cama mientras dormía.
'The sleeping theatre', Camila Cañeque (2019)
El oxímoron hacer nada es la clave de la vida y de la obra de ambas artistas. El carácter premonitorio del arte hizo que Eva y Camila murieran como creaban. Sus obras están hechas con el espíritu de la negación y de la nada, la quietud y la desaparición se convierten en una alegoría de la caducidad inevitable de todas las cosas, de todas las personas. Ésta es su propia actitud, al querer hacer lo mismo con la vida. El desasosiego y el quietismo de la inacción no es exclusivo de Camila, coexiste junto con el dolor de una generación muy bien representada por el filósofo Eloy Fernández Porta autor del gran libro 'Los brotes negros. Picos de ansiedad' (Anagrama, 2022).
Mi natural tendencia hacia el buenismo me hace surgir la duda sobre si ese desasosiego en el que vivían ambas, ese punto final no se podía evitar, tal y como quería Sol Lewitt con Eva Hesse que le decía que se dejara de preocupaciones personales como dudar, temer , sufrir, dejar de mesarse el pelo o rascarse la espalda.