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Exposiciones

William Kentridge y la sinfonía núm. 10 de Shostakovich

Memoria e historia en un diálogo a través de la música y las imágenes.

Dibuix per a 'Tide table', William Kentridge (2011)
William Kentridge y la sinfonía núm. 10 de Shostakovich
Nora Barnach barcelona - 18/10/24

Con la fuerza creativa que le caracteriza, William Kentridge, una de las voces más influyentes del arte contemporáneo, llega a Barcelona y Lleida para mostrar su versatilidad artística y la profundidad de su compromiso con la memoria y la historia. En el marco de esta visita, Kentridge despliega todo su potencial a través de la música, el cine y las artes visuales, consolidando su visión única de la creación y la intersección de múltiples disciplinas. Kentridge es una de las voces de referencia en el arte contemporáneo, un artista polifacético que, a través de la animación, el dibujo, el cine, la música o el teatro, ha integrado múltiples disciplinas en su obra.

El punto álgido de esta serie de eventos es, sin duda, la representación de la Sinfonía núm. 10 de Shostakovich en el Gran Teatre del Liceu, un proyecto monumental que Kentridge ha transformado en una experiencia audiovisual. A través de su película 'Oh, to believe in another world', el artista sudafricano teje una narrativa visual que acompaña a la ejecución de la sinfonía, explorando los ecos políticos y culturales del régimen soviético en el que ésta obra fue creada. Esta fusión entre imágenes, a menudo crudas y simbólicas, y la música de Shostakovich, interpretada por la Orquesta Sinfónica del Liceo, crea un diálogo intenso entre la historia y el arte contemporáneo. Las representaciones tendrán lugar en el Liceu hoy, 18 de octubre, y mañana, 19 de octubre.

La Sinfonía núm. 10 de Shostakovich, que se estrenó por primera vez en 1953, pocos meses después de la muerte de Stalin, es el eje central de este proyecto. Kentridge determina que verla en directo debe ser fabuloso para que el público pueda ir encontrando y navegando por las distintas cadencias entre la música de la orquesta y las imágenes en pantalla. Cree que en un teatro como el Liceu, este concepto de escenificación puede tener un impacto aún mayor. Su parte favorita de la obra es el segundo movimiento, una pieza de unos 35 minutos, llena de energía y dinamismo.

Este proyecto fue inicialmente encargado por la Orquesta de Lausana (Suiza) y ya ha sido presentado en ciudades como Johannesburgo, Italia, Viena y Hong Kong. Kentridge ha avanzado que se representará también en Nueva York y en Londres.

William Kentridge y la sinfonía núm. 10 de Shostakovich Imatge de 'Oh, to believe in another world', William Kentridge

Con una sensibilidad cinematográfica que transforma el escenario del Liceu en una suerte de museo soviético abandonado, Kentridge ha conseguido que la pantalla no sea un simple complemento a la música, sino un protagonista con vida propia. El reto, tal y como el artista comenta, era mantener el equilibrio entre la música y la imagen, evitando que las proyecciones se convirtieran en una distracción o, como él dice, un “salvapantallas”. La película se proyecta con flexibilidad, por lo que el director de orquesta tiene libertad para adaptar la obra según su propia interpretación, lo que permite que cada representación sea única y distinta.

En cuanto a la relación con la actual Rusia, Kentridge comenta que, aunque la obra de Shostakovich no tiene una referencia directa con Putin, existen ecos claros de la historia soviética en su proyecto. Puede verse cómo la figura de Putin intenta reinventar la última fase de Stalin, y aunque no es una referencia explícita, las imágenes de guerra del último movimiento, sobre todo relacionadas con la Segunda Guerra Mundial, evocan ciertas resonancias con los acontecimientos actuales . Durante la producción de la película, la invasión de Ucrania ya había comenzado, pero el proyecto en sí había sido concebido anteriormente. Sin embargo, Kentridge menciona que algunos países rechazaron la representación de un compositor ruso, hecho que él considera una visión limitada, ya que el objetivo del arte es comprender el mensaje de la música y no censurarlo.

William Kentridge y la sinfonía núm. 10 de Shostakovich William Kentridge i Julian Barnes al CCCB. © La Vanguardia

La trayectoria creativa de Kentridge en Barcelona empezó ayer, 17 de octubre, en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), donde mantuvo una conversación con el escritor británico Julian Barnes. Moderados por Judit Carrera, directora del CCCB, exploraron su relación con Shostakovich y el papel de la música como herramienta de memoria y reflexión política. La colaboración entre el CCCB y Kentridge se remonta a 2020, con la exposición 'Lo que no está dibujado', momento en el que ya se planteó la idea de un diálogo con otro creador. Kentridge eligió a Julian Barnes, inspirado por su novela 'El ruido del tiempo'. La charla reunió a más de 500 asistentes, y los dos artistas analizaron la relación compleja entre el arte y el poder, así como el potencial transformador de la música. Ambos comparten una profunda pasión por la música, que les ha llevado a crear obras que dialogan con la figura del compositor ruso Dimitri Shostakovich, como la novela de Barnes y la película de Kentridge, 'Oh, to believe in another world'.

Por último, este fin de semana culmina con la apertura de una exposición en la Fundación Sorigué de Lleida, donde se presentará por primera vez el conjunto de obras de Kentridge propiedad de la colección Sorigué, una de las más importantes de Europa. Tal y como señala Ana Vallés, directora del grupo Sorigué, ésta es la primera vez que se presenta la totalidad de las obras de Kentridge de su colección. Para ellos, Kentridge forma parte de los cinco nombres de artistas que forman el epicentro de los diálogos que conforman la construcción de la colección Sorigué.

Según Vallés, el artista sudafricano representa muy bien sus valores, buscando acercar el arte y la reflexión a todos los públicos. La exposición es un recorrido por siete salas que intentan mostrar cómo Kentridge pasea y reflexiona dentro de su estudio, creando este maravilloso mundo artístico. Hay obras que muestran toda su evolución, desde piezas como 'Ulisse' -cedida por el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA)- hasta las últimas obras presentadas en la Bienal de Venecia.

En conjunto, la visita de William Kentridge a Cataluña es un evento cultural de gran importancia que invita a explorar la memoria a través del diálogo entre la música y las artes visuales y permite acercarnos a su universo ya su mirada crítica, a menudo irónica, sobre el mundo que nos rodea.

William Kentridge y la sinfonía núm. 10 de Shostakovich 'Ulisse', William Kentridge (1998)

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