En un universo donde las criaturas terrestres se transforman en acuáticas y las formas celestiales se convierten en metáforas de ciclos vitales, el MACBA presenta 'Ensemble lunar para mares al alza', un proyecto artístico inmersivo que invita a los visitantes a repensar la relación entre especias y las formas de vida futuras. Creada por los artistas Petrit Halilaj (Kostërrc, Kosovo, 1986) y Álvaro Urbano (Madrid, 1983), esta instalación escultórica y musical combina la belleza del mundo natural con la profundidad del mundo humano, explorando los vínculos entre estos dos ámbitos con una narrativa que parece surgir de una fábula contemporánea.
Esta obra, inspirada en la canción popular española 'Ay, mi pescadito' —una historia sobre un pececito que busca diferentes formas de sobrevivir y encontrar su lugar en el mundo—, plantea preguntas fundamentales sobre la coexistencia interespecie. Las esculturas que llenan el atrio del edificio Meier del MACBA, como criaturas míticas de formas híbridas, representan futuros posibles donde la supervivencia y la evolución se despliegan más allá de lo que conocemos hoy. Algunas de estas criaturas son acuáticas, otras terrestres o aéreas, pero todas ellas comparten la misma piel metálica que refleja la luz y proyecta sombras cambiantes a lo largo del día, creando un diálogo constante con el espacio y el tiempo.
El proyecto, inaugurado en Venecia en 2023 en el TBA21 Ocean Space, llega ahora a Barcelona con nuevas piezas creadas especialmente para este entorno. Hasta el 12 de enero de 2025 , los visitantes podrán pasear entre más de cuarenta esculturas que no sólo se contemplan, sino que también se pueden escuchar. Cada escultura es a la vez un instrumento musical, que emite sonidos surgidos de cajas de música y otros mecanismos artesanales. Cuando estos sonidos se combinan, se crea una melodía difícil de armonizar que alude a la complejidad de encontrar el equilibrio entre las especies. Así, la tonada inspirada en 'Ay, mi pescadito' se mezcla con sonidos submarinos, generando una sinfonía que evoca la lucha por la armonía en un mundo donde la convivencia es cada vez más frágil.
El proyecto ha sido comisariado por la directora del MACBA, Elvira Dyangani Ose , en colaboración con Blanca del Río , y refleja la forma en que Halilaj y Urbano han desarrollado una práctica artística colaborativa desde el año 2014. Ambos artistas, que trabajan desde Berlín, utilizan su obra conjunta como vehículo para explorar la fricción y la influencia mutua entre las esferas pública y privada. Sus instalaciones funcionan como un espacio en el que la memoria colectiva se mezcla con sus experiencias personales, y donde las ideas utópicas se expanden para incluir formas de vida no humanas. Plantas, animales y criaturas fantásticas toman el protagonismo, ocupando espacios que celebran la diversidad y la resistencia.
Uno de los elementos más destacados de esta instalación es una gran escultura con forma de huevo lunar que cuelga del techo, símbolo de la naturaleza cíclica de nuestro mundo. Esta poderosa imagen invita a los visitantes a reflexionar sobre los ciclos de la vida ya imaginar formas de vida futuras que desafían las expectativas actuales. Los artistas utilizan este símbolo para explorar cómo las especies pueden evolucionar en respuesta a los retos medioambientales, creando un ecosistema donde la resiliencia se convierte en la clave para la supervivencia.
La práctica artística de Halilaj y Urbano se centra en la creación de ficciones colaborativas, donde se difuminan las fronteras entre lo humano y lo natural. Esta simbiosis se refleja en sus obras, que a menudo se convierten en escenografías íntimas y resistentes, pobladas por criaturas imaginarias que encarnan la idea de parentesco más allá de los límites convencionales. La estética fluida y queer es central en su obra, que desafía a las normas establecidas y ofrece nuevas formas de relacionarse con el mundo.
'Ensemble lunar para mares al alza', es un proyecto que invita a la negociación, a la convivencia de especies e ideas que parecen improbables, pero que, en este escenario poético, encuentran un espacio de posibilidad.