¿Miedo al arte digital?

El impacto de la inteligencia artificial en la cultura actual en general y en las bellas artes tradicionales en especial es evidente: ¿hay que tener miedo?

Si tuviéramos miedo, tendríamos como compañeros de viaje insignes filósofos como Platón, quien manifestó su miedo ante el uso de los textos escritos frente a la comunicación verbal. Pero seguimos hablando y escribiendo. Y ahora utilizamos el ordenador, aumentamos las posibilidades de error y engaño, pero también las de sobrevivir y abrir nuevas ventanas culturales.

El arte digital es una de esas ventanas que se abren, no sólo al diseño visual, digital y gráfico, sino a todas las artes viejas y nuevas, incluyendo la arquitectura, la música, el cine o la literatura. Tal y como ocurrió con el arte abstracto, el arte digital necesita un conocimiento de qué es y de qué significa. Ya he comentado otras veces en mis artículos de opinión que decir que el arte abstracto no representa nada es una tontería que sigue defendiéndose como bandera de modernidad, dando pie a exposiciones sin ningún pensamiento crítico. Porque, ¿cómo criticar un arte que no representa nada?

Como en el paso entre hablar y escribir, el paso entre arte tradicional y digital necesitará educación. Nadie nace con la cultura bajo el brazo. No puedo resumir aquí el enorme cambio mental y cultural que comporta el arte digital, sólo quiero referirme al caso de la biblioteca pública Gabriel García Márquez de Barcelona, obra del equipo SUMA de Madrid, que afirma el uso de la inteligencia artificial en una búsqueda preparatoria del proyecto. Es un tema sobre el que he ido publicando textos (inteligencia artificial y diseño arquitectónico, 2022) y les he invitado a participar en conferencias internacionales ( www.arquitectonics.com ).

Queda así patente que el uso de la inteligencia artificial en la arquitectura y en el urbanismo con las smart cities apenas está empezando y, como ocurrió con el arte abstracto en sus inicios, sabemos poco .