La Lonja de Palma se ha convertido en un espacio ideal para acoger las esculturas de Jaume Plensa , ofreciendo un diálogo fluido entre arte y arquitectura. En este edificio con siglos de historia, las obras del reconocido artista catalán cobran vida, transformando la materia en una expresión que conecta el pasado, el presente y el futuro.
La exposición, titulada 'Mirall', propone una reflexión sobre las dualidades que definen la condición humana. En el centro de La Llotja se erigen dos esculturas de acero inoxidable, 'Invisible Laura' e 'Invisible Rui', que con sus siete metros de altura están situadas una frente a la otra, de espaldas a la entrada principal. Estas figuras, como si fueran una prolongación del propio edificio, simbolizan tensiones contrapuestas: cuerpo y alma, materia y espíritu, luz y oscuridad, opacidad y transparencia, pasado y futuro.
Janus, el déu romà de les dues cares.
Plensa establece un paralelismo con Jano, el dios romano de las dos caras, una que mira al pasado y otra al futuro, ofreciendo así una clave para interpretar la esencia de la exposición. El artista nos recuerda que "nuestro rostro se refleja en el de los demás", sean amigos, amantes o desconocidos. Este reflejo provoca una reflexión sobre la naturaleza humana, en ese punto donde pasado y futuro se encuentran, donde el dolor se confunde con el placer, y donde los sueños todavía no realizados se proyectan en el espejo del otro.
La interacción con el espacio de La Lonja es crucial por Plensa, ya que resalta la relevancia del entorno en su obra, haciendo que la exposición sea una colaboración entre arte y arquitectura, entre tiempo e historia. Según Plensa, la creación contemporánea es una aliada de la historia, y esta exposición en tan emblemático edificio es una prueba clara.
Plensa resume su visión de 'Mirall' con una reflexión contundente: "Hombres y mujeres comparten sus rostros en lo más generoso de nuestros actos. La dualidad entre el cuerpo y la sombra, el día y la noche, el gozo y el dolor... La dualidad de todos nuestros sueños, que todavía esperan nacer en el reflejo de un espejo." Esta dualidad, presente a lo largo de toda la exposición, representa la esencia que Plensa ha capturado, ofreciendo a los visitantes un recorrido a través de los contrastes de la existencia humana.
Janus, el déu romà de les dues cares.