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Entrevistas

Fernando Pérez Gómez: "Es clave deshomogeneizar los formatos establecidos y ser conscientes de que tenemos estructuras mentales preconcebidas"

Dirige desde 2018 Azkuna Zentroa, un centro transdisciplinar que conocía en profundidad gracias a su larga experiencia en la gestión cultural en Bilbao.

Fernando Pérez Gómez: "Es clave deshomogeneizar los formatos establecidos y ser conscientes de que tenemos estructuras mentales preconcebidas"

Nacido en Sestao en 1967, Fernando Pérez Gómez es un destacado gestor cultural, creativo y director artístico con una trayectoria profundamente vinculada a proyectos de cultura contemporánea, abarcando disciplinas como las artes visuales, escénicas, audiovisuales y la literatura. Ha formado parte de varios patronatos y consejos de administración de museos y centros de arte, y ha comisariado numerosas exposiciones y programas culturales. También fue director de Cultura del Gobierno de Navarra.

Licenciado en Filología Vasca y con varios másters en gestión cultural, ha ocupado puestos de responsabilidad en el Ayuntamiento de Bilbao, donde ha impulsado y dirigido el Festival de Teatro Actual y Danza Contemporánea (BAD), el Festival de Artes de Calle y el Centro de Recursos Escénicos, entre otros.

En 2018 asumió la dirección de Azkuna Zentroa, centro que conocía en profundidad gracias a su larga experiencia en la gestión cultural de Bilbao.

Ricardo Planas Camps. Disponer de tiempo para la creación, para repensar y madurar es esencial para los creadores. ¿Cómo lo enfoca desde Azkuna?

Fernando Pérez Gómez. Seguimos un programa de soporte a la creación, trabajando con colectivos residentes, investigadores y artistas asociados, promoviendo convocatorias abiertas y cediendo espacios con ayudas, además de contar con residencias internacionales.

RPC. ¿Se ven los resultados de estos programas de soporte a la creación en la programación del centro?

FPG. Sí, los resultados de este soporte acaban formando parte de la programación. No somos un centro de producción donde el artista está solo, sino que comparte espacio con otros residentes, ciudadanas y ciudadanas y audiencias. Para nosotros es fundamental trabajar en el ámbito educativo y garantizar que los artistas y el arte formen parte de ese engranaje que hace a la sociedad más crítica. No ser un museo ni tener una colección nos permite trabajar desde otras perspectivas.

RPC. ¿Qué tipo de residentes acoge?

FPG. La variedad es muy amplia. Hemos tenido desde colectivos de comisarias a grupos que trabajan sobre el espacio público. También hemos colaborado con una editora que creó un podcast durante dos temporadas. Para nosotros es importante generar relatos desde distintos ámbitos. La cultura no siempre está en centros o museos. La dimensión social de la cultura es también muy relevante, y la definición del propio centro está relacionada con esto: pensar la programación teniendo en cuenta que trabajamos con comunidades de públicos, y que al final todos formamos parte de una o varias minorías.

RPC. ¿Qué destacaría del programa expositivo?

FPG. Este año hemos presentado exposiciones de artistas como Allora y Calzadilla, que representaron a Estados Unidos en la Bienal de Venecia, con una muestra de gran impacto. También hemos expuesto las esculturas textiles de Elena Aitzkoa, una de nuestras artistas asociadas. Continuaremos con un programa expositivo que incluirá varios proyectos interdisciplinarios que exploran el cuerpo, el movimiento y la fotografía, como los trabajos de Lore Stessel y Olatz de Andrés. Paralelamente, se desarrollarán proyectos escénicos como 'Trabajos Forzados', con personas con discapacidad auditiva, y 'Incendis', en colaboración con la compañía Ça Marche.

RPC. He visto un cartel con el nombre de Isabel Coixet.

FPG. Sí, hemos tenido un proyecto con Isabel Coixet. Nos centramos mucho en aprovechar la sala de cine, las salas de exposiciones, gestionar distintos tiempos, intereses, edades y tipologías de públicos. Para mí, es sobre todo interesante, porque nos definimos por lo que no somos: no somos un museo, no somos un cine, no somos una biblioteca.

RPC. ¿Azkuna es una entidad que pertenece al Ayuntamiento?

FPG. El capital es del Ayuntamiento, pero tenemos un nivel de autofinanciación muy elevado. Estamos volviendo a alcanzar los niveles de autofinanciación de antes de la pandemia, cerca del 40%, lo que es muy positivo. Hemos podido crear un centro de sociedad y cultura contemporánea en el corazón de la ciudad. Existe un equilibrio entre lo que significa ser un centro ciudadano y, a la vez, un centro donde el programa público de exposiciones, el componente educativo y las artes se conviertan en algo cotidiano.

RPC. La financiación y la autofinanciación...

FPG. Sin embargo, el tema de la autofinanciación es muy complejo y difícil, pero necesario. Es parte de nuestro ADN y una de mis funciones es buscar recursos constantemente.

RPC. ¿Y esto se entiende? En el mundo cultural hablar de dinero no agrada.

FPG. Cada vez se entiende más aunque sea por necesidad. Los purismos a menudo se deshacen con la realidad. Hemos podido crear un centro cultural de sociedad y cultura contemporánea con 49.000 metros cuadrados de acceso libre, al que casi 2.800.000 personas acceden por sus cuatro entradas a lo largo del año. No es trivial; no se trata sólo de trabajar los procesos o experiencias culturales, sino de estar insertados en un sistema que no se limita al mainstream, sino que también está vinculado al educativo, y donde los artistas y el arte forman parte de ese engranaje que hace la sociedad más crítica.

RPC. Como es el caso de las esculturas textiles de Elena Aitzkoa, que tiene expuestas.

FPG. Sí, este trabajo se ha realizado durante dos años. Ella es una artista asociada, y cada cuatro meses el centro se convierte en un estudio en el que aparece una nueva escultura suya. Hay algo peculiar al generar, en un espacio público, una obra efímera pero que, a su vez, tiene un impacto. Aún no sabemos exactamente cuál será el resultado final. La educación visual es algo que debería ser muy cotidiano. Para mí, la cultura contemporánea no debería ser extraña, sino convertirse en parte del día a día.

RPC. ¿Estas esculturas, por ejemplo, las patrimonializa?

FPG. No las patrimonializamos, aunque Elena Aitzkoa ha vendido algunas piezas aquí. Hemos producido algunas obras; por ejemplo, para el Festival de Literatura producimos un “hospital de libros”, un espectáculo en el que, durante tres horas, se “curaban” libros con incubadoras. Esto nos permitió obtener un regreso después de cada espectáculo. Y éste es un tema importante: el retorno del dinero público.

RPC. "El retorno" del mecenazgo de forma directa o indirecta, tangible o intangible, ¿cree que es algo importante? ¿Eso obliga al artista a entender esta dinámica de la reciprocidad? ¿Cómo lo ve?

FPG. Creo que sí lo es. Y, exacto, al igual que con las galerías la reciprocidad es nuclear. Los artistas están acostumbrados a que, cuando trabajan con una galería, ésta normalmente les ayuda con la producción y, en caso de venta, se les debe devolver lo que les corresponde.

RPC. Puede ser una manera para que no se perciba como un fondo perdido de forma continuada. ¿Esto también es necesario a nivel de investigación? ¿Esta reciprocidad?

FPG . Depende. El apoyo, las ayudas son necesarias porque sobre todo desde la administración es casi un derecho. Allí donde el mercado no llega, es el Estado quien debe ayudar en aquellas cuestiones más difíciles. El mercado genera otra industria, como la del entretenimiento, pero existen otras economías en las que nosotros trabajamos, como la de estos artistas que ya han decidido profesionalizarse y que deben estar en un mercado. Por eso, muchas veces digo que, si un centro no existiera, habría que inventarlo, porque es un servicio. No todas las ciudades tienen un lugar donde estar, con wifi público, con baños, donde no sólo se valoren los programas y servicios que se ofrecen, sino que el personal de atención al público y las audiencias sean diversos, que el personal de limpieza no sean sólo mujeres, que el personal de seguridad no sean sólo hombres... Todas estas cuestiones forman también parte del tejido social y de la cultura contemporánea. Otra cosa es el arte contemporáneo, pero esto es cultura contemporánea.

Fernando Pérez Gómez: "Es clave deshomogeneizar los formatos establecidos y ser conscientes de que tenemos estructuras mentales preconcebidas" 'Arrebol', Elena Aitzkoa

RPC. A nivel educativo, ¿cómo lo enfoca?

FPG. Para nosotros la educación también es muy importante. El hecho de no ser un museo, y por tanto, no tener una colección, nos obliga a trabajar en lo que nosotros llamamos "Patrimonio cultural del futuro", que es la segunda parte de nuestro proyecto. Lo que estamos generando no sólo es desde el punto de vista del artista, sino también desde el punto de vista del ciudadano activo o proactivo. Cuando hablamos de la biblioteca o de la lectura, también nos gusta hablar de la escritura, porque la lectura puede ser más pasiva en el sentido de que uno recibe algo, pero la escritura te hace ser productivo. Así, la idea de exhibición, producción y educación está muy presente, aunque es muy complejo coserlo e hibridarlo. Se deben generar contenidos de comunicación, relatos y discursos, e incluso cuestiones que van más allá de realizar un podcast. Para nosotros, la comunicación no es sólo cosa del departamento de comunicación o marketing o atención al público. Muchas veces trabajamos con esta idea un tanto anárquica, pensando que una administración y un servicio público no deben plantear sólo el producto final, sino que también es muy importante que puedan generar y ofrecer experiencias en todas las fases del proceso.

RPC. ¿Hablamos de I+D en cultura?

FPG. Exacto, sí. De hecho, el trabajo que se realiza con los artistas asociados tiene que ver con esta I+D, un concepto que se entiende muy bien en el mundo empresarial, pero en el mundo del arte cuesta más. Los formatos y soportes no deben ser siempre los que esperamos. Es decir, si hablamos de literatura, pensamos a menudo en libros; si hablamos de arte, en exposiciones; si hablamos de cine, en películas. Pero cuando estos soportes se transforman, pueden convertirse en otros formatos igual de válidos. Las palabras deben ser también palabras cantadas, o que la producción de un departamento de publicaciones sean vinilos. Es clave deshomogeneizar los formatos establecidos y ser conscientes de que tenemos estructuras mentales muy preconcebidas. Quizá, si a este sitio le dijéramos catedral, la gente lo vería desde otra dimensión...

RPC. La catedral en Bilbao es el campo de fútbol.

FPG. Sí, y eso no queremos quitárselo, todo lo contrario. Pero sí, cuando pases por la plaza Arriquíbar y entres en Azkuna, estés entrando en una catedral laica.

RPC. Sí, eso lo dijo Woody Allen, ¿no? Las catedrales laicas son los museos y centros culturales.

FPG. Esto nos hace replantearnos dónde está la cultura, porque quizás no siempre está, o no debería estar siempre, en los centros culturales. Desde estos centros debería generarse un flujo donde las vecinas y los vecinos tengan una mirada de referencia en este centro, pero no es necesario que todo se desarrolle in situ. Puede desarrollarse también en el ámbito doméstico. Camila Sosa decía el otro día, en referencia al arte, que para ella lo más importante era la cultura que se genera cuando las familias se pasan las recetas de cocina, las conversaciones... Estoy muy de acuerdo con Camila Sosa que lo cotidiano —los paseos, las conversaciones, asistir a espectáculos, escuchar, leer un libro en común— son también otras formas de generar cultura. Las cosas importantes son a menudo las que pasan desapercibidas, pero existen.

RPC. Siempre estamos hablando de lo intangible y de lo que no se ve, ¿no?

FPG. Muy a menudo ocurren cosas que no son medibles con KPIs (indicadores), pero que forman parte del tejido social, y la gente se siente representada en esto. El prestigio de la cultura se encuentra en la importancia de la calidad, sea en pequeños o grandes proyectos. No se trata de generar cientos de libros con inteligencia artificial; creo que hay cuestiones cotidianas que se nos pasan desapercibidas pero existen, tanto en este centro como en otras.

RPC. Por tanto, ¿se deben buscar circuitos alternativos?

FPG. Sí, es necesario encontrar otras vías. Nosotros también trabajamos con hospitales; tenemos un proyecto en marcha con niños enfermos de cáncer, así como residencias internacionales con artistas de cómic de otros países.

RPC. En los centros cívicos siempre se asignan exposiciones de tercera categoría. ¿No debería dignificarse más su oferta?

FPG. Absolutamente. Los centros cívicos deberían prestigiarse. Es crucial que lo periférico o complementario no se perciba como un valor negativo. Muchas veces se desarrollan actividades que no pueden medirse con indicadores convencionales, pero que son fundamentales para el tejido social, como los paisajes culturales o las relaciones humanas. Deben establecerse puentes entre el arte, la cultura y el ámbito social.

RPC. ¿Se debe repensar el papel de las Casas de Cultura?

FPG. Hay que realizar mucho trabajo en el ámbito comunitario y generar antenas para todas las casas de cultura y centros cívicos que existen en la ciudad. Para nosotros, es fundamental que lo periférico y complementario no se vea como un valor negativo.

RPC. ¿En qué sentido?

FPG. Todas estas instituciones, que siguen el mismo modelo año tras año, a pesar de realizar un trabajo estupendo en el ámbito comunitario, necesitan un reset. Nadie habla de la crisis de los centros cívicos por considerarse cultura de baja calidad. Cuando trabajé en Getxo, ocurría lo mismo. Vitoria, que fue un gran referente de los centros cívicos, así como los de Barcelona, etc., se han quedado algo estancados. Pero estoy seguro de que habrá un cambio. Hay ciudades en Europa que lo han hecho, como las Maisons Folie de Lille. Son casas de cultura que siguen con su labor de proximidad pero especializadas. Al final, las ciudades medias europeas tampoco son tan grandes. Ahora que estamos con el tema de la movilidad, creo que sería muy interesante tener una movilidad entre distintos barrios y distritos.

RPC. Y ya por último, una reflexión final.

FPG. Desde Azkuna tenemos ciertos recursos y un buen intercambio de conocimiento(s), pero se deben mejorar y establecer las vías de relacionarse con las casas de cultura, los centros cívicos, los teatros más pequeños, así como con el público y el privado. Quizás parece una utopía, pero creo que es la gran oportunidad que tienen las zonas urbanas ahora mismo: aprovechar estas infraestructuras y empezar a hablar de política cultural.

Fernando Pérez Gómez: "Es clave deshomogeneizar los formatos establecidos y ser conscientes de que tenemos estructuras mentales preconcebidas" 'KLIMA', Allora & Calzadilla

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