Esther Boix fue una pintora que, pese a no haber caído en el olvido, merece un reconocimiento mucho más amplio de lo recibido hasta ahora. Su obra, comprometida y cargada de significado político y social, ha vuelto a la luz con una exposición en la Galería Marc Domènech, la primera de carácter individual que se le dedica desde 2006, y una de las más importantes de los últimos años. Esta muestra, que se podrá visitar hasta el 4 de octubre, reúne a una treintena de pinturas que abarcan un período crucial de su trayectoria: entre 1955 y 1975, Boix abandonó el realismo naturalista para adoptar un estilo expresivo y dramático, con una fuerte carga psicológica y crítica social.
A través de su pintura, Boix no sólo exploró su condición humana, sino que convirtió su obra en un grito silencioso contra las injusticias. Uno de los ejemplos más significativos de esta etapa son sus autorretratos, donde se presenta como una mujer fuerte y decidida, representando a una artista comprometida con los tiempos convulsos en los que vivió.
El trabajo de Esther Boix se define por una actitud de denuncia constante. Comprometida políticamente desde joven, fue una figura relevante en el movimiento antifranquista, especialmente dentro del grupo Estampa Popular de Barcelona, y utilizó su pintura como instrumento para expresar las injusticias que sufría la sociedad española bajo la dictadura. Su preocupación por los derechos sociales, especialmente por los abusos contra las mujeres, se manifestó en un estilo figurativo poderoso, donde las formas contundentes y los intensos colores subrayaban la dureza de la realidad.
'Gàbies', 1963
Durante los años sesenta y setenta, Boix fue una de las primeras artistas en abordar y cuestionar abiertamente los roles de género tradicionales, mostrando la vulnerabilidad de las mujeres bajo el régimen. Un ejemplo de ello es su obra 'Gàbies', donde el artista explora la sensación de opresión y reclusión que muchas mujeres sufrían en aquella época. A través de esta obra, Boix representa no sólo la realidad física de la clausura, sino también el encarcelamiento simbólico de las mujeres dentro de los roles tradicionales de género. Este compromiso social y político se refleja en su obra de este período, cargada de simbolismo y de una energía vital que busca despertar la conciencia del espectador.
Otra pieza clave que puede verse en esta exposición es 'Límites confusos', que ejemplifica el giro que el artista dio a mediados de los años setenta. En esta obra, Boix abandona parcialmente su lenguaje figurativo y se acerca a la abstracción, introduciendo formas biomórficas y un cromatismo intenso que sugiere una nueva preocupación por la naturaleza.
La exposición que se celebra en la Galería Marc Domènech es una oportunidad única para revisitar la obra de una artista que supo integrar su lucha personal y colectiva en sus creaciones. Aunque la exposición está a punto de finalizar, con pocos días para disfrutarla, es una cita ineludible para quienes quieren redescubrir la potencia de una obra que sigue siendo tan relevante hoy como en sus años de creación.
'Límits confusos', 1974