El 6 de septiembre, el mundo del arte perdió una de sus voces más singulares con la muerte de Rebecca Horn, a sus 80 años, en Bad König (Alemania). Nacida en 1944 en Michelstadt (Alemania), Horn estudió en la Escuela de Artes de Hamburgo y en el Saint Martins College of Art de Londres. Entre 1972 y 1981, vivió en Nueva York antes de regresar a Berlín para dedicarse a la enseñanza. Su trayectoria abarcó diversas disciplinas, como la pintura, la escultura, la dirección de cine y el arte performativo.
Sus obras, como 'Unicorn' y 'Pencil Mask', son ampliamente reconocidas por su innovadora exploración de la relación entre el cuerpo y la máquina. Inicialmente, Horn trabajó con materiales ligeros como plumas de avestruz y tela para crear "extensiones corporales", una técnica que aplicó en sus performances y películas. A partir de 1980, se enfocó en la creación de esculturas mecanizadas, utilizando objetos como cucharas, máquinas de escribir, maletas, martillos de metal e instrumentos musicales, ampliando así su vocabulario artístico.
Horn consideraba a Mallorca como su santuario personal, y estableció un taller en Pollença, donde mantuvo contacto con jóvenes artistas emergentes. Frederic Pinya, director de la Galería Pelaires, remarcó que su muerte deja un vacío irreparable en el mundo del arte contemporáneo, donde su trabajo multidisciplinar ha dejado una impronta indeleble. La Galería Pelaires acogió cuatro exposiciones del artista, además de un proyecto en Sa Llotja de Palma, con una instalación escultórica dedicada a Ramon Llull.
El museo Es Baluard también exhibe algunas de sus obras, como La Ferdinanda X-Ray y Three Graces in Blue, expuestas permanentemente en uno de los patios del museo de arte contemporáneo. Su obra ha sido reconocida a nivel internacional, y está presente en colecciones de prestigiosas instituciones como el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York, el Irish Museum of Modern Art de Dublín, la Tate Collection de Londres, Los Angeles County Museum of Art y el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona.
Horn también tenía una vinculación especial con Barcelona, como demuestra la emblemática escultura de la playa de la Barceloneta. Esta escultura fue un encargo de Glòria Moure, como parte del recorrido de esculturas urbanas diseñadas con motivo de los Juegos Olímpicos del año 1992.
Rebecca Horn ha sido descrita como una artista "única y visionaria", dejando un legado inolvidable en el mundo del arte contemporáneo. Su obra ha desafiado los límites de la percepción y el movimiento, creando un diálogo entre la fragilidad humana y la maquinaria, tangible e intangible.
L'estel ferit