Con casi veinticinco años de rodaje, el Marco de Vigo se ha convertido en un referente dentro del mapa museístico del arte contemporáneo español. Exposiciones como las dedicadas a Francisco Leiro, Glenda León, Luis León, Juan Giralt o Concha Martínez Barreto, las cuidadas ediciones de catálogos, además de las conferencias, los seminarios, los ciclos de cine, los conciertos, las actividades educativas, una biblioteca centro de documentación y una agrupación de amigos avalan la solidez de un proyecto que hoy se enfrenta a nuevos retos. Conversamos con su director, Miguel Fernández-Cid, recién renovado en el cargo por tres años.
El edificio
“MARCO está en el centro de la ciudad, en una zona peatonal con un comercio muy activo, lo que es un privilegio, aunque tengamos que competir con otros escaparates. Pese a que el edificio tiene un pasado como prisión que a la gente le sigue pesando, la idea de convertir un monumental centro penitenciario en un espacio cultural fue sopesada y hoy sigue valorándose positivamente. De hecho, uno de los aciertos del MARCO es haber preservado la estructura del panóptico, las galerías radiales y los patios de cubierta de cristal y doble altura, que desean intervenciones específicas. Los artistas deben pensar mucho qué piezas sitúan en cada espacio, porque el diálogo con el entorno es determinante. Dada la singularidad del edificio, yo siempre he intentado que cada muestra marque diferencias con el anterior, que no repita planteamientos.”
La colección
“Una de las peculiaridades del MARCO es que es un museo sin colección, o con un mínimo apunte: siete compras realizadas antes de la apertura y dos donaciones aprobadas por la primera dirección. En la última reunión, el patronato ratificó por unanimidad una propuesta de donación de artistas que han expuesto en las salas, como Jorge Martins, Yolanda Herranz Pascual, Manuel Quintana Martel, Alfredo Alcaín y Andrea Costas Lago, y otros que no lo han hecho, como Washington Barcala, Leopoldo Nóvoa y Marta María Pérez Bravo, todas las obras de primera calidad. En esta misma reunión se aprobó también que, cuando las posibilidades presupuestarias lo permitan, se puedan incorporar piezas específicas. Mientras tanto, se trata de ir formando un fondo que dé origen a un proyecto de futuro consistente.”
Lluís Lleó, Pittore. MARCO, 2022. © Arquivo MARCO / UMFotografia
El estatuto del museo y su financiación
“En un principio el MARCO tenía un presupuesto superior a los dos millones de euros, procedentes de los patrones (el Ayuntamiento de Vigo, Caixanova, la Xunta de Galicia, la Diputación de Pontevedra) que formaron inicialmente la fundación. Con el tiempo, esta situación ha ido variando: desapareció la ayuda de la banca gallega, durante años la de la Diputación y, desde 2011, el peso de la fundación lo lleva el municipio, que aporta casi el 80% del millón de euros del presupuesto actual. Afortunadamente, ese apoyo es enérgico. Ojalá se incrementen las aportaciones de instituciones públicas, porque la libertad y la independencia se logran con un apoyo plural (aunque debo señalar que, desde mi llegada, el respeto ha sido ejemplar). Esta financiación se complementa con el patrocinio de empresas privadas.”
Su planteamiento para el MARCO
“Con el tiempo, lo que recordamos de las instituciones es su historia, que es la suma de las aportaciones hechas por los diferentes equipos y responsables, y es bueno que los planteamientos sean distintos, siempre dentro del compromiso con la excelencia y la contemporaneidad. Mi idea era complementar lo que ya se había hecho con lo que creía necesario, como dar mayor pluralidad a la programación, fortalecer la biblioteca, incrementar la visibilidad de los espacios, recuperar la librería y la política de publicaciones y reforzar las actividades pedagógicas. A su llegada comprendí que la tarea no podía ser tan inmediata porque había otras urgencias, como el estado del edificio y unos equipos que tenían veinte años.”
Su concepto de museo
“Para pensar un museo como el MARCO es necesario partir de que la realidad no es la de hace veinte o treinta años. Había entonces menos espacios, presupuestos más altos, y una de las tareas era buscar la conexión con el exterior. Se programaron exposiciones de artistas extranjeros, pero este esfuerzo no tuvo la contrapartida de sacar al exterior a los nuestros. Creo que hoy tenemos claro que es necesario reforzar el compromiso con los artistas locales excelentes, que ya es muy importante. No se trata de ser localistas, sino de defender lo propio, cercano. Además, se busca establecer colaboraciones con otras instituciones en dos sentidos: itinerancias y conexiones con otros países (en este sentido, Portugal parece el primer destino lógico). Todo, por supuesto, condicionado por el presupuesto. Nuestra idea es asentar y avanzar, dar pasos irreversibles, desde criterios claros de contemporaneidad, pluralidad, excelencia y paridad.”
Programación para 2024
“En 2024, MARCO tiene programadas muestras de Jordi Bernadó, Daniel Verbis, Bosco Caride, Irene González, Susanne Themlitz, Laía Argüelles y Alfonso Galván, así como la primera con fondos de la colección, que une a Andrea Costas Lago y Yolanda Herranz Pascual con Marta María Pérez Bravo, uno de sus grandes referentes, sobre cuestiones comunes, como el autorretrato, la identidad o la condición de mujeres y artistas.” Rosa Gutiérrez