El 31 de mayo a las 19 h en el Bòlit_StNicolau y el 1 de junio a las 12 h en la Sala de Exposiciones el Matadero tendrá lugar la inauguración de la exposición Vacaciones con Franco. Mis veranos en la España franquista. El proyecto es una coproducción del Museo del Empordà de Figueres y del Bòlit. Centro de Arte Contemporáneo. Gerona.
El museo y el centro de arte, se unen para producir una exposición que reúne a ocho artistas y que debe visitarse en diferido para tener la imagen completa. ¿Cuál es esa imagen? Por un lado, la de la infancia de la clase media europea, que pasa los veranos junto al mar, es decir, la del turismo veraniego.
Por otro, la de la dictadura franquista, que usó el turismo para buscar la aprobación internacional, convirtiendo al turismo en una herramienta de validación de la propia dictadura y de un modelo democrático basado en la economía de servicios y la subyugación cultural a partir de la folklorización de la cultura propia y la inserción de España en la lógica del capitalismo. La idea surgió del artista Monika Anselment, que pensaba que debía resolver esta contradicción: la de recordar unos veranos de infancia plácidos en Llançà, pero en un contexto de dictadura que sólo conocía por los comentarios que le hacían sus padres. ¿Es posible vivir en un mismo sitio dos experiencias tan opuestas? ¿La de la opresión política y la del disfrute ocioso? La propuesta de Anselment no era fácil de resolver y se optó por llamar a artistas que hubieran vivido en situaciones similares, es decir, que quisieran recuperar sus recuerdos de infancia de las vacaciones de verano en España franquista.
A partir de una convocatoria pública, se recibieron hacia una docena de propuestas de las que se escogieron siete, junto con Anselment. Para poder contextualizarlo se ha contado, en el comisariado, con la figura de la escritora y periodista, Cristina Masanés. La selección final fue de ocho artistas, dos de los cuales trabajan conjuntamente, por tanto la muestra reúne siete propuestas visuales de Monika Anselment, Denys Blacker, Christoph Otto, Annette Riemann/Tom Theunissen, Stefanie Unruh, Ulrike Weiss y Jörg Zimmer. Todos ellos parten de recuerdos gráficos, fílmicos, experiencias vividas, de textos, vivencias, postales y material fotográfico y gráfico de la época y los reinterpretan a ojos del arte contemporáneo y desde su mirada como adultos.
El resultado es una exposición coral, con piezas fílmicas, musicales, textuales y plásticas todas con esta voluntad de generar una reflexión sobre el vínculo, no siempre evidente, entre el boom turístico que experimentó el país en ese momento histórico, el esfuerzo del régimen para blanquear el hecho de ser una dictadura y la inserción de España en la lógica del capitalismo. Durante los años 40-50, el franquismo se alió con las democracias europeas para ofrecer un lugar de vacaciones para los trabajadores del norte del continente, un paraíso de sol y playa que pretendía disfrazar a un régimen fascista, una dictadura, que hizo ejecuciones políticas (penas de muerte) hasta 1975, cuando falleció el dictador Francisco Franco.
De esta alianza entre franquismo, turismo y capitalismo habla uno de los textos de la publicación que se ha editado para acompañar a la muestra: "La exposición, precisamente, no juzga el pasado, sino que se pregunta cómo fue a partir de lo que ha quedado de él. El valor de esta exposición es haber encontrado un diálogo entre lo personal y lo político, y esa fantástica suma de extranjerías: la de una costa mediterránea que no es la de una; dictadura que se hace visible a través de sus propias herramientas de camuflaje; la del turista que se expresa en otras lenguas y otras patrias; una autonomía imaginativa que rehuye normas, incluso las más prosaicas." En el caso del Bòlit, Vacaciones con Franco. Mis veranos en la España franquista se acompañará, a partir del 7 de junio, de la exposición Forats para hacer un réquiem.