En abril de 2019 Clara Montero fue elegida nueva directora cultural de Tabakalera, el gran centro que experimenta con el arte y la cultura contemporáneas de Donostia. Tras la experiencia como directora de Desarrollo e Investigación en la galería de arte Galerie Gmurzynska, con sede en Zúrich y Nueva York, como responsable de la programación cultural del Azkuna Zentroa de Bilbao entre los años 2016 y 2018 y de la dirección de la Promoción de la Cultura del Gobierno Vasco de 2013 a 2016, Montero se puso al frente del centro de arte de referencia donostiarra para asumir el reto de conectar el arte contemporáneo con el gran público. Cinco años después de asumir el cargo de directora cultural abordamos con ella los retos logrados y por alcanzar de Tabakalera, las colaboraciones y sinergias con el territorio y el potencial de desarrollo cultural del arte y los artistas vascos.
¿Qué destacaría de su aportación a Tabakalera desde que se incorporó en 2019? ¿Cómo se organiza y qué grandes líneas de trabajo se desarrollan en el centro?
Tabakalera es una institución de envergadura y relativamente joven, y cuando llegué ya se habían iniciado un montón de líneas de trabajo. Así que sólo fue adaptarme a ellas, pese a conocer la casa porque del 2008 al 2011 había trabajado de coordinadora en el centro. Una de las primeras acciones que tomamos fue contactar con un artista que marcara el carácter público y singular que identificara al centro. Este artista fue Julio Le Parc, un gran creador cinético argentino, con una dilatada trayectoria y un compromiso en la democratización del acceso al Arte. Él asumió un difícil reto: transformar el sitio mediante una escultura de once metros. Instalamos la pieza, magnífica, pero a causa de la pandemia, tuvimos que cerrar las puertas del centro. En ese momento, nos dedicamos a la programación online, lo que nos sirvió para aprender y prepararnos mucho también. De la pandemia sacamos muchas cosas positivas, sobre todo en el hecho de repensar el sentido de dinámicas cotidianas; a pesar de que fue un momento complicado para todos y todavía hay cicatrices que en el ámbito social y cultural se están apenas cicatrizando.
¿Cómo se interrelaciona Tabakalera con otros equipamientos culturales de la ciudad y también con otros del País Vasco?
El proyecto nace con la intención de relacionarse con otras instituciones, compartir programas y ordenar el mapa cultural. Poder relacionarse y colaborar con otros es clave para lograr un mayor reconocimiento y soporte a la institución. Respecto a otros equipamientos vascos, colaboramos junto al Sistema Vasco del Arte en programas y mediante exposiciones junto al Museo de Bellas Artes de Bilbao. También organizamos la Escuela de Verano para Artistas (JAI) junto al Museo Artium de Vitoria y la Fundación Oteiza de Pamplona.
Tabakalera, junto con Artium y el Museo de Bellas Artes, forma el Comité de Adquisición de Obras del Gobierno Vasco, que apoya a artistas contemporáneos mediante esta adquisición. Además, colabora con Chillida Leku en su exposición de verano y cuentan con residencias artísticas de arte y paisaje. ¿Qué papel cree que desempeña Tabakalera en la escena cultural vasca?
Tabakalera tiene una importante vocación social, de plaza pública, y un compromiso de ser un centro de acogida en las artes, la cultura y la participación. Esto lo consigue gracias a un equipo de mediación que no se limita a la explicación del hecho artístico con visitas guiadas o exposiciones, sino en proyectos autónomos con distintos colectivos para hacerlos más partícipes e ir al fondo de las temáticas tratadas . Trabajan con todo tipo de colectivos, tanto escolares como sociales. También contamos con MediaLab, que actúa como una combinación de biblioteca digital de creación y laboratorio de creación ciudadana, en la que se impulsan proyectos colectivos para diferentes grupos, quienes participan más allá de ser ciudadanos pasivos que visitan exposiciones.
Donostia se ha convertido, gracias a eventos como el Festival de Cine, en un núcleo de referencia internacional. ¿Cómo se relaciona con eventos de estas características?
Donostia siempre se ha distinguido por su tradición de festivales y es un desafío reto relacionarse con ellos, dada la naturaleza de estos acontecimientos, muy concentrados en el tiempo. Tabakalera, centrándose en el emergente y en el apoyo continuo, se posiciona como complementario al Festival de Cine, acogiéndolo en el edificio de Tabakalera y convirtiéndose en residencia para cineastas junto con la escuela de cine. También participamos en otras secciones del festival como Zabaltegi-Tabakalera, que es un apartado más experimental. Además, colaboramos con la Quincena Musical para llevar la sección de danza contemporánea a Tabakalera.
Este año se celebra el centenario de dos grandes artistas, Néstor Basterretxea y Eduardo Chillida. ¿Qué suponen efemérides de estas características?
Desde las diferentes instituciones, hemos realizado aportaciones a estas celebraciones, cada una desde su ámbito de trabajo. Kutxa tiene una sala de exposiciones dentro de Tabakalera especializada en fotografía y ha organizado una muestra con fotografías de Jesús Uriarte, que muestran los procesos de trabajo de Eduardo Chillida. En Tabakalera, a través de las tres principales exposiciones del año, investigaremos sobre la vigencia del legado de Chillida y las nuevas tendencias en escultura desde una mirada contemporánea.
Hemos empezado el año con Pieles y Pliegos, una exposición que muestra el trabajo que desarrollan la generación actual de escultoras vascas, con obras de June Crespo, Sahatsa Jauregi, Nora Aurrekoetxea y Kimia Kamvari, acompañadas de artistas internacionales como Yael Davids o Imán Issa. La exposición de verano, comisariada por Soledad Gutiérrez, buscará nuevas miradas en torno al legado de Eduardo Chillida desde la práctica de artistas contemporáneos de distintas partes del mundo. Terminaremos el año con la primera gran exposición en España del escultor argentino Gabriel Chaile.
¿Cuál es la política cultural en materia de promoción y potenciación de los creadores vascos?
Es un mandato importante para Tabakalera, puesto que es un sector artístico local con un desarrollo poco visible. Logramos potenciarlo a través del programa de residencias artísticas, que incluyen mentorías, profesionalización y soporte tutorial. Es un proyecto en el que resulta fundamental centrarse en el sector local pero contextualizado a un nivel internacional para que puedan crecer. Hacemos dialogar artistas locales, nacionales e internacionales para incentivar su crecimiento, incluido el comité de selección de artistas, que es un grupo nacional e internacional, que también realiza un seguimiento tutorial. Junto con la colaboración del Institut Etxepare, también podemos realizar convocatorias dobles con artistas del extranjero.
Feminismo, emergencia climática, migración… ¿Qué prioridad tienen en su corpus de programación?
Estos son temas de gran relevancia que, desde la parte cultural, necesitan mayor potenciación. Tabakalera los aborda tanto en contenido como de forma práctica. Realizamos contenido para hablar y abordar temas como el festival anual de cultura feminista: Feministaldia, para cuidar la participación de mujeres artistas, y con programas específicos para mujeres en el cine con el objetivo de empoderar la figura de la mujer en el medio desde fases iniciales; al igual que un programa de mentoría de mujeres vascas (Noka mentoría).
La migración es un tema muy importante para poder llegar a un nuevo y próximo colectivo, que se trata junto al colonialismo en los contenidos contemporáneos. Contamos con programas específicos como "Harrotu ileak" para jóvenes magrebíes, para incluirlos en creaciones culturales. Respecto a la sostenibilidad energética, el objetivo es aplicar cambios de eficiencia energética para reducir el consumo de energía en el edificio, así como otras cuestiones menores para reducir el impacto y la huella de CO₂.
El futuro y retos
Continuar abordando estos temas cada vez más relevantes, buscando ganar mayor importancia dentro de la cultura nacional e internacional y conseguir introducir un rol más activo sobre las problemáticas que abordamos, consiguiendo identificar, entender y, si se puede, solucionar algunas de estas complejidades socioculturales actuales.
Transcripción: Diego García Sifontes