La Factoría Cultural de Terrassa ha inaugurado la exposición El arte perdido de guardar un secreto de Cesc Gay, una muestra que se podrá visitar hasta el 27 de mayo, un recorrido por la trayectoria artística de Cesc Abad desde sus inicios hasta las obras más recientes y lo hace en forma de series que se van desgranando a lo largo de las salas 3 y 4. Son obras pictóricas de gran, medio y pequeño formato y piezas cerámicas.
Como escribe Mònica Marañón, "Como parte de su obra cabe destacar la importancia de las luces y sombras que funcionan como accesorios de los protagonistas de sus cuadros, que como el ciclo del día y la noche, nos recuerda constantemente a la delicada armonía que existe en el mundo natural. Así, la luz y la sombra, la cueva y la humanidad, la naturaleza y los personajes, se entrelazan en una sinfonía artística que refleja nuestra propia búsqueda de significado. Cesc Abad, trascendemos los confines de nuestra existencia cotidiana y nos adentramos en un reino de infinitas posibilidades. En cada pincelada, Cesc nos descubre nuestra capacidad para iluminar el mundo y encontrar la verdad en medio de la oscuridad."
En el marco de la inauguración se ha presentado el número 199 de la revista Bonart y se ha celebrado una mesa ronda sobre el arte prohibido, con la participación de Rosa Boladeras, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Terrassa, Rosa Rodrigo , directora del Museo del Arte Prohibido y Mònica Marañón, historiadora del arte.
Cesc Abad
Un caballete y la fecha 1989, son el punto de partida de la carrera artística del terrassense Cesc Abad que se inició con el apoyo de sus padres. En las primeras etapas de su carrera, Cesc Abad experimenta su relación con la naturaleza bajo la influencia de los artistas de la escuela paisajística catalana, profundizando en la perspectiva, la luz y el color. Cesc Abad despliega toda una serie de técnicas como el sfumatto, el empaste y el dibujo, mostrando lo que se llama “oficio”, y donde tienen cabida obras que reinterpretan a los clásicos del Renacimiento con el sentimiento y la esperanza de hombre actual. Abad se impregna de los clásicos catalanes y españoles por excelencia (Anglada-Camarasa, Mir, Gimeno, Velázquez, Goya, Giorgione, Rembrandt...) así como de los pintores de las vanguardias del siglo XX (Arranz-Bravo, Philip Guston , Bacon, Frank Auerbach, Karel Appel, de Kooning...). Y en todo este mundo de referencias añade una pátina muy libre y creativa de color ácido, de deje irónico incluso, casi salida de una novela visual del dibujante expresionista Robert Crumb. F
ormado en el estudio Martinez Lozano en pintura, en la Escuela de Artes y oficinas en cerámica, y en la Barcelona Film School en fotografía, Cesc Abad ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas. Centrándonos en las individuales, Abad dio un gran salto exponiendo en Tokio en 2002 que le llevó posteriormente a mostrar sus obras en todo el territorio europeo, también ha expuesto en Los Ángeles y en Shanghai. Este año expone en Dubai, Seoul, Ámsterdam y Sydney.