Vicenç Altaió es un ser interdisciplinario que vive en un movimiento permanente. Esto le ha llevado por varios caminos: la poesía, el arte, la ciencia, la interpretación actoral y la gestión cultural. Sin embargo no conocía su actividad exegética en torno a un archivo hasta la publicación reciente del libro de ensayo histórico El Radar Americano, Galaxia Gutenberg en dos idiomas. El libro es una búsqueda que ha dado como resultado un documento extenso y riguroso con un único protagonista: Lanfranco Bombelli. Se desarrolla en un tiempo histórico que va desde 1940 a 1982, pasa por varios espacios geográficos como Milán, Zúrico, París y culmina en Cadaqués. No voy a entrar ahora en el extenso contenido del libro que recomiendo leer con atención y del que ya se han hecho numerosas crónicas.
Aquí trataré el libro como un manifiesto, como un claro programa ideológico y creativo del propio Vicenç Altaió. Esto es posible porque pertenece a este tipo de escritores sobre arte que, al hablar de los demás, realizan una radiografía perfecta de sí mismos. Toda una rareza con la que me siento identificado.
Para argumentarlo, empezaré por el final del libro. La tumba de Bombelli fue diseñada, creada por él mismo utilizando las claves del "Movimento Arte Concreta" de Milán al que perteneció desde 1948, su admiración por Bruno Munari, Dorfles o los suizos Max Bill o Paul Lhose le descubrió la matemática natural de la serie Fibonacci y la rigurosa geometría del cuadrado y el rectángulo, las espirales dobles o el misterio del triángulo pitagórico. Bombelli era artista y también coleccionista de arte concreto, por tanto, el resultado de su proyecto escultórico funerario no podía ser de otra manera que la continuación de su fascinación por el orden, tal y como lo describe con exacta precisión Vicenç Altaió: "el primer pavimento es un cuadrado hecho con tres piedras también cuadradas, sobre el que se ponen dos piezas regulares de triángulo equilátero, de mármol negro. ... Anexionado a este primer cuerpo se despliega otro mayor que añade a las medidas de la anterior otra hilera de baldosas de lado a lado lo que da como resultado un rectángulo de cinco de ancho por siete de largo, en la última tira se levantan dos baldosas y así tenemos tres de llenas y dos vacías que hacen 5. En la misma proporción y equivalencia se despliega el cuerpo volumétrico entre el lleno y el vacío... El resultado es una variable en tres dimensiones de la primera composición que Bombelli había presentado en la exposición Arte astratta y concreta en el Palazzo ex reale de Milán en 1947".
Esta descripción dice todo del protagonista del libro, pero todavía dice más de la poética de Vicenç Altaió. Ciertamente, más allá de su homenaje a Bombelli veo lo que siempre he considerado fundamental en la obra de Altaió quizás uno de los enigmas más potentes de su poética y de su pensamiento, es decir el equilibrio, la tensión difícil y sutil entre Razón y Pasión.
Para reforzar el argumento diré que no es casualidad que Altaió haya escogido a Albert Serra para presentar su libro en Cadaqués. En la película de este no – director de cine "Historia de mi muerte" protagonizada por el propio Altaió haciendo de Giacomo Casanova ya aparece esta dualidad entre el principio de realidad de una época clasicista, el cálculo, la medida, la razón que representa al también polifacético autor veneciano, frente al inicio de la tormentosa modernidad romántica, nutrida por un subjetivismo extremo, la noche orgiástica y el caos de la indeterminación poética.
Para continuar reforzando el argumento es necesario ir de un libro a otro. En el libro Radar aparece citado el artista Tom Carr, amigo de Bombelli y con quien Altaió publicó su poemario El Jo-Ull hace un par de años y prologado por Marc Arnal, también reciente interlocutor en las presentaciones del Radar. En su larga colaboración con Tom Carr son habituales palabras como luz, línea continua, números, hélice, espiral y sobre todo el yo asociado al hecho físico, al globo ocular que permite la mirada que construye un punto de vista sobre el mundo.
En El Jo-Ull, Vicenç escribe un poema fascinado lleno de delirio y razón en torno a la precisión matemática como es: "El nacimiento del 3 viniendo del 2", dice al inicio "Si al cero ofrecemos el res/el espacio en blanco la nada más y buscamos girándolo/ rápido/el halo alucinatorio /divino/la deriva del arte que nos anilla/ancla en sí el principio y el fin" ......." Dos hélices opuestas, y tres haciendo infinito al finito dentro de fuera"
En el Radar americano continúa con esta doble realidad, por un lado, la ciencia histórica y el rigor documental propios de un hombre admirador de las formas racionales del arte concreto, una especie de matemática clasicista de la forma como era Bombelli y otra el poeta arrebatado.
Una vez más, Altaió con su especial Radar ha detectado en este libro lo propio de la fuerza excéntrica de la tradición romántica-dadaísta que él representa perfectamente y la necesidad de geometría de un creador de arte concreto como fue Lanfranco Bombeli.