Convocatoria 'Alianzas para una democracia cultural' de la Fundación Daniel y Nina Carasso

La convocatoria 'Alianzas para una democracia cultural' tiene como objetivo permitir la democracia cultural, la participación plena de la ciudadanía en la vida cultural, a través de la herramienta de la mediación ejercida por una alianza de varios agentes culturales. La tercera edición de esta convocatoria bienal, enmarcada dentro de la línea de Mediación y Democracia Cultural del eje Arte Ciudadano de la Fundación Daniel y Nina Carasso, tendrá abierta la recepción de proyectos hasta el día 16 de mayo.

Esta apuesta por revalorizar el papel de la mediación cultural tiene su fundamento en el ODS 17 (Alianzas), que pretende "fomentar y promover la constitución de alianzas eficaces en las esferas pública, público-privada y de la sociedad civil, aprovechando la experiencia y estrategias de obtención de recursos de las alianzas". La línea de actuación «Mediación y Democracia cultural», tiene como objetivo desdibujar las fronteras habituales entre la sociedad y las administraciones, entidades e instituciones culturales, para contribuir a una mayor democracia cultural. "Para la Fundación Daniel y Nina Carasso es importante imaginar otros mundos donde la sociedad tenga la posibilidad de desarrollar sensibilidad y pensamiento crítico. El arte tiene ese potencial para impulsar la transformación social y creemos que la mejor manera de conseguirlo es tejiendo alianzas sostenibles", afirma Lucía Casani, directora para España de la Fundación.

La convocatoria "Alianzas por una democracia cultural" está dirigida a iniciativas llevadas a cabo entre varios de los siguientes agentes: instituciones culturales públicas o privadas, organizaciones y profesionales del ámbito de la mediación cultural/artística, administraciones públicas y entidades del tercer sector. Los proyectos que se presenten tendrán que, a través de prácticas transformadoras de mediación cultural/artística, promover una mayor democracia cultural, generando vínculos duraderos para facilitar la participación plena de la ciudadanía y todo ello articulado en torno a un reto social concreto. De esta forma, se permitirá que las entidades realicen un trabajo colectivo que garantice los derechos culturales de todos los individuos.

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