Art is a Guaranty of Sanity no es un eslogan publicitario, sino una pequeña obra del artista Louise Bourgeois (1911-2010), una de las creadoras más importantes del arte contemporáneo que nos revela en esta afirmación un gran secreto: l arte es garantía de sensatez. El mensaje es una grafía sobre papel rosa, tan íntima y frágil como provocadora en su declaración del sentido primordial del arte: la salud en términos holísticos de armonía entre cuerpo, mente y alma. Y asimismo, un camino de emancipación del mundo material y la gran sublevación de las mujeres en todas las capas de la historia de nuestro planeta.
Otras frases guía son, por ejemplo, cuando Fina Miralles dice: “No quiero ser una artista moderna sino una artista antigua”, y Maria Lai reseña que “el arte nos lleva de la mano” o Magda Bolumar se reconoce en “yo no pienso, yo siento”. Estas artistas, sean conocidas o invisibles dentro de la niebla de una historiografía androcéntrica, ahora nos inspiran nuevos relatos que no sólo amplían la historia del arte sino que revuelven su sistema de valores. Son mujeres visionarias. Y aplico el concepto visionaria para referirme a producciones visuales y conceptuales que trascienden al mundo físico y al puro formalismo, representando una visión ampliada del conocimiento interior. Un término difundido y abierto que engloba temas y mediaciones del alma, basadas en la experiencia del mundo no físico y el pensamiento no racional. Todo lo que los ojos no ven y que el sistema educativo no enseña.
Visionary Women Art
Desde la urgencia de otras hermenéuticas por el arte contemporáneo de mujeres, animé a la creación de un grupo de investigación internacional e independiente, en 2019, en relación con la exposición ALMA en el museo Es Baluard de Palma dedicada a diecisiete artistas mediums europeas nacidas antes de 1918, el grupo Visionary Women Art. Artistas, historiadoras, antropólogas o psicólogas vivimos la relación de investigación como una oportunidad de aprendizaje; y ahora, animadas por el premio de la Asociación de Crítica de Arte (ACCA), en el apartado de investigación. Para nosotros, el término "mujeres visionarias" es sencillo y excitante. Puede englobar a artistas, científicas o filósofas, entre otras actividades y dedicaciones, que producen obras o perfiles éticos que trascienden al mundo material y al sistema productivo capitalista, representando una visión ampliada del conocimiento interior buscando una transformación colectiva. También preservando tradiciones y saberes ancestrales, experiencias y percepciones trabajadas en la “Academia del Amor”, tal y como pudimos constatar en la Bienal de Venecia de 2022. Cecilia Alemani reunió creaciones heterodoxas, del XIX al XXI, vinculadas a la relación con la naturaleza y la vida que debemos proteger, y la cultura no binaria a preservar. Artistas, en el sentido más antiguo y crítico, que practican diversos medios trenzando la prehistoria con la contemporaneidad, la magia con la inteligencia artificial o la espiritualidad con la astrofísica.
Revolver el androcentrismo
La trayectoria histórica de Hilma af Klint, Madge Gill, Unica Zürn, Emma Kunz, Louise Bourgeois, Ana Mendieta, Nancy Holt, Cecilia Vicuña, Maria Lai, Josefa Tolrà, Fina Miralles y muchas otras, así como las más actuales, nos regala una oportunidad para revolver léxicos y semióticas dominantes minando a las profundidades de nuestra cultura a favor de un futuro que no es arte, sino vida. No me refiero al arte visionario como estilo, técnica o época, sino a la creatividad visionaria de mujeres que perciben la energía de la vida en el mensaje y acciones del arte y del más allá del arte.
¡Visionarias nosotros!
De hecho, no se trata sólo de saber documentar su experiencia, también hay que dejarnos inspirar por ellas y sublevar nuestra inercia historiográfica: ¡visionarias ellas, visionarias nosotros! Bajo la energía del manifiesto en papel rosa, podemos tejer vida y obra de mujeres creativas y artistas nacidas a finales del siglo XIX en Europa. Autoras que nos han legado experiencia de vida, selladas en las cicatrices del duelo y la visión interior que ahora magnetiza las generaciones del siglo XXI. Éste es el campo y contexto de mi trabajo, perimetral a las marcas de la médium catalana Josefa Tolrà o la británica Madge Gill. Las autoras comparten procesos creativos activados en la oscuridad de su dolor existencial. Podemos apreciarlo en la exposición La mano guiada, en el MNAC, proyecto comisarial que alimenta el camino de historiadora del arte. Ellas nos invitan a dejar las rutas del intelecto patriarcal en favor de los sentidos no reglados, las emociones o la experiencia mística y el saber esotérico. Su impacto entre las generaciones feministas del siglo XXI es la medida de su grandeza y poder. Pilar Bonet Julve