La Galería Miguel Marcos presenta la colectiva Imágenes en Papel hasta el 5 de abril. Esta exposición es un homenaje a este medio de creatividad, con la exhibición de los trabajos de cinco artistas contemporáneos: Alberto Barcia, Antón Lamazares, Víctor Mira, José Morea y Kristinn Nicolai.
El papel, que a menudo está subestimado, es elevado a una plataforma de expresión excepcional, ofreciendo una diversidad de enfoques y estilos dentro del panorama del arte contemporáneo. Desde los emocionantes colores de Lamazares hasta las composiciones abstractas de Morea, pasando por la provocadora pintura de Nicolai, por la intrínseca obra de Mira y la precisión de Barcia, cada obra refleja la habilidad técnica y la visión creativa única de su autor.
Esta exposición nos invita a explorar las infinitas posibilidades de este medio aparentemente simple, donde la textura, el color y la forma constituyen un engranaje que permite la creación de narrativas visuales cautivadoras. Al mismo tiempo, también es un testimonio de su versatilidad y su capacidad para transmitir emociones profundas y complejas.
Cinco artistas contemporáneos
El primer artista que podemos apreciar es Alberto Barcia (Tossa de Mar, Gerona, 1982), que es un artista formado en el ámbito de la ilustración por la Lonja, donde tuvo el privilegio de contar con la guía de Luis Casado Cadarso, uno de los creadores del proyecto interdisciplinario La Xina Art (Barcelona), y Xavier Canals, reconocido poeta visual e historiador en su especialidad, autor del volumen Poesía visual catalana (1999).
La obra que presenta Barcia se erige en una puerta abierta al disfrute imaginativo. Su intención primordial radica en provocar la imaginación del espectador. En este sentido, sus trabajos no buscan la fijación en significados concretos o limitados, sino que pretenden estimular la capacidad de observación del espectador que los contempla, provocando de ese modo un espacio de interacción donde se manifiesta la verdadera riqueza de su arte.
El segundo artista de la exposición es Antón Lamazares (Maceira, Lalin, Pontevedra, 1954), miembro del grupo Atlántica, un movimiento que buscaba proyectar el arte gallego a nivel internacional, emergió como una figura destacada durante los años ochenta . En la pieza de Antón Lamazares, se presenta una escena sugerente que invita a la contemplación, mediante la utilización de un lenguaje simbólico: Una mancha amarilla en el fondo, con tonos verdes, negros y rojos, evoca la presencia de un ser vivo, mientras que un círculo marrón representa a una criatura con forma de hormiga. En la parte inferior, una figura roja con ojos negros añade otro elemento enigmático. Todo un contexto que nos lleva a reflexionar sobre la relación entre la naturaleza y la fantasía, desafiando a nuestra percepción de la realidad.
Por su parte, la obra de Víctor Mira (Larache, Marruecos, ex colonia española, 1949 - Breitburnn am Amersee, Munich, 2003) ha sido elogiada por la crítica internacional por su habilidad al fusionar el informalismo con elementos figurativos, y por su reinterpretación de géneros tradicionales como la naturaleza muerta. De Mira se expone en esta muestra El coleccionista, que representa una profunda exploración de la dualidad humana y las complejidades de las relaciones interpersonales; Mediante la figura de dos seres. La obra sugiere de la existencia de las fuerzas opuestas al ser humano: la bondad y la maldad, el amor y la ausencia de él. La mano tendida del personaje blanco simboliza la búsqueda de conexión y el deseo de dar amor, mientras que el agujero en forma de corazón en el pecho del personaje negro representa una carencia de empatía o una incapacidad para amar. En conjunto, la obra invita a reflexionar sobre la complejidad de la condición humana y las luchas internas que enfrentamos en nuestras relaciones y en la búsqueda del amor y la genuina conexión.
El cuarto artista es José Morea (Chiva, Valencia, 1951-2020), que fue una figura destacada en el panorama artístico valenciano y un pionero en la renovación del lenguaje pictórico durante el último tercio del siglo pasado. Conocido por su estilo nómada y su enfoque innovador, Morea desafiaba las convenciones y buscaba la libertad tanto en su vida como en su arte. Influenciada por la tradición valenciana del cómic de línea clara y la ilustración, su pintura, se distingue por su energía y vitalidad, reflejando su pasión por la pintura. El trabajo que presentamos plantea una escena intrigante que invita a la reflexión sobre la vida y la naturaleza del ser humano. El fondo en tonalidades marrones claras y azul turquesa evoca una sensación de calma y serenidad, mientras que en el centro de la composición emerge una mano alzada que sugiere una expresión de vitalidad y energía. Justo debajo de este ser, una capa de tonalidades azules simboliza el mar, evocando la conexión entre el ser humano y el vasto e insondable océano de la existencia. Una reflexión sobre la dualidad entre lo terrenal y el misterio.
Por último, también podemos apreciar la obra de Kristinn Nicolai (Reikiavik, Islandia, 1964), que es un artista que se dio a conocer con su primera exposición en París a principios de los años 80, titulada Hommage à Mishima. Su producción se caracteriza por un enfoque profundamente erótico, como desafío de las normas sociales y tabúes relacionados con la sexualidad.
La obra que expone Kristinn Nicolai plantea una exploración de la intimidad. A través de esta representación explícita, invita al espectador a reflexionar sobre la naturaleza del deseo humano y las complejidades de la intimidad física. Aunque pueda parecer una obra con un tema grotesco, Nicolai lo remite a un sentido de la sensualidad, deseo y libertad.
La exposición permanecerá abierta al público hasta el 5 de abril de 2024 de lunes a viernes de 11:00 a 19:30 horas. Los fines de semana la galería está cerrada.