Fundación Vila Casas presenta 'Susana Solano. Anónimos'

Espacios Volart de la Fundación Vila Casas presenta del 2 de febrero al 14 de julio una exposición retrospectiva de Susana Solano (Barcelona, 1946) que abarca cuatro décadas de trabajo. Susana Solano. Anónimos, comisariada por Enrique Juncosa, presenta fundamentalmente esculturas de gran formato, además de fotografías y obras sobre papel. Podremos ver obras bien conocidas, conservadas en colecciones museísticas, como la propia Fundación Vila Casas, pero también otras menos vistas o incluso inéditas, algunas obras recientes y otras de escala reducida.

Susana Solano (Barcelona, 1946) es una de las artistas más destacadas de la escena española. Aunque empezó a exponer tardíamente, con una muestra en la Fundació Joan Miró en 1980, ya a finales de aquella década e inicios de los años noventa tuvieron lugar importantes exposiciones institucionales internacionales sobre su obra, que gozó de una inmediata buena recepción. Estas exhibiciones fueron muestras individuales –CAPC de Burdeos en 1987, San Francisco Museum of Modern Art en 1991, o Whitechapel Art Gallery de Londres en 1993– y también colectivas, entre las que podemos destacar su participación en la Bienal de São Paulo en 1987 y su presencia en dos ocasiones en la documenta de Kassel (1987 y 1992) y en la Biennale de Venecia (1988 y 1993).

Solano pertenece a una brillante generación de escultores españoles que obtuvieron una gran proyección exterior, como Juan Muñoz, Cristina Iglesias o Jaume Plensa. Sin embargo, su lenguaje es bastante diferente de estos escultores. De algún modo, continúa la tradición española que va de Picasso y González a Chillida y Oteiza, consciente también de los hallazgos de Anthony Caro y David Smith, o de los escultores minimalistas y postminimalistas, sobre todo estos últimos, con Richard Serra, Robert Morris y Bruce Nauman a la cabeza, por el énfasis en cuestiones semánticas y la libertad en la utilización de materiales.

Solano, que empezó pintando y que en sus inicios trabajó también con madera, se concentró pronto en el uso de metales, si bien utilizará también, ocasionalmente, vídeo, grabaciones de sonido, cera, plásticos o mimbre. Sus obras de madurez se caracterizan por la simplicidad geométrica y una apariencia sólida y rotunda: las referencias constantes a la arquitectura y el paisaje, ya la memoria de estas experiencias, que pueden sugerir espacios cerrados, jaulas abiertas o estaciones termales; y una capacidad para encontrar resonancias espirituales, emocionales o líricas a partir de las formas y los materiales.

Como escribe Enrique Juncosa, "Las obras de Susana Solano se caracterizan por una simplicidad geométrica y una apariencia sólida y pesada, en las que utiliza habitualmente el hierro, el acero y las mallas metálicas. Incluso las piezas que podemos definir como más abstractos evocan a veces paisajes y arquitecturas, a partir de la memoria de experiencias y emociones personales.Las esculturas de Solano pueden no sugerir nada concreto, si bien a veces recuerdan aspectos de la arquitectura industrial, impluvios o celos, por ejemplo, no hay nada que represente a los seres humanos, aunque su presencia está implícita, como rezuma desde la misma escala, Solano descarta el formalismo del minimalismo y sus ideales de pureza, aunque lo ha aprendido. , en busca de una voluntaria complejidad y ambigüedad, sus obras exploran diferentes cuestiones positivas, negativas o ambivalentes, entre ellas la soledad, el silencio, la angustia, el trauma, el confinamiento, el equilibrio y la simetría, el descanso o el juego, y se mueve de la denuncia a la ironía."