La Fundación Valvi inaugura el 16 de enero, a las 19 h., la exposición Vértigo de Narcís Gironell comisariada por Pere Parramon.
Las obras de Gironell son unas creaciones de apariencia feliz y brillante, un universo coloreado y lujoso con un trasfondo mucho más irónico, siniestro y crítico de lo que puede parecer a simple vista. En conjunto podríamos hablar de un archivo visual de la sociedad contemporánea con sus tics consumistas, sus promesas continuas, sus clichés de perfección y bienestar. Todas estas imágenes seductoras y artificiosas esconden sin embargo, la doble moral que permite leer la inocencia, la belleza y la perfección como una promesa de algo más carnal y oscuro.
En palabras del comisario de la muestra, Pere Parramon, "Vertigen, el título de la gran exposición que acompañan estas líneas, alude a la turbación que siempre provoca mirar atrás y hacer balance. Así lo siente Narcís Gironell, y por eso ha elegido Ahora bien, como todo buen título, puede ir más allá de la voluntad de su autor y ser capaz de revelar aún más.Vértigo también es lo que provocan los iconos, tanto los religiosos como los laicos, reverenciados y admirado, venerados , imitadas y envidiadas, elevadas a los altares, entronizadas, inmortalizadas por el papel couché, difundidas en aludes digitales, rodeadas en nubes de incienso e iluminadas por tormentas de flashes.Los iconos son iconos porque se levantan con la grandeza de lo que quisiéramos llegar a tocar, o que quisiéramos que nos tocara ¿Qué sentiríamos al acariciar el divino tafetán que envolvía a Audrey Hepburn?¿Y si nos acariciara la mano sagrada de Sophia Loren? los confesores, nos susurra al oído: vértigo".