Factoría Cultural acoge una retrospectiva dedicada a Romà Vallès

Factoria Cultural acoge, desde el 24 de noviembre hasta el 25 de febrero, una retrospectiva dedicada a Romà Vallès en el centenario de su nacimiento. Comisariada por Joan Gil, Conxita Oliver, Silvia Muñoz y Ricard Planas, Romano Vallès 1923-2023. Retrospectiva recoge las piezas más significativas e importantes de cada una de las once series que engloban el conjunto del trabajo de Romà Vallès.

Pionero del informalismo catalán, Romà Vallès (Barcelona, 1923-2015) trabajó a lo largo de su trayectoria, un tema o un concepto hasta investigarlo totalmente, encadenándose de una forma coherente entre una y la otra en distintos períodos cronológicos. De ahí que sus obras se estructuren por series que exploran cada una ideas o contenidos concretos hasta agotar sus posibilidades. Estudió Bellas Artes en Barcelona y se siguió formando en las principales ciudades europeas. Dedicó la vida a su pasión, la pintura. La primera exposición en Barcelona fue en la Galería René Metras y, desde entonces hasta su muerte, año tras año, presentó sus pinturas en todo el mundo. Romano fue un trabajador incansable, además de su faceta de pedagogo, como artista realizó más de 345 exposiciones, de las que 85 personas y una gran cantidad de conferencias, presentaciones y artículos.

Como escribe Ricard Planas, co-comisario de la muestra: "Todo fluye, nada se está quieto', eso lo dijo en su aforismo 'panta rey' el filósofo presocrático Heráclito. Un hombre que tenía el apodo de oscuro y de quien Romà Vallès estaba fascinado.Y lo estaba por ese espíritu de ir a contracorriente de las modas y de los ismos.Esta alma fuerte, desgarradora, terrible –pero que en el caso de Vallès podría percibirse como frágil– se mimetiza en los dos personajes: Contundencia formal y metafísica de creaciones que son las últimas pinturas de una larga trayectoria y que acaban replanteándoselo todo, aunque se reconecta con el collage pictórico fotográfico de los años 60, donde de manera evidente pone de manifiesto un deja cuidado y brutalista al mismo tiempo y donde el arte, como la vida, son un eterno recomenzar, reiventarse, desprenderse de todas las mochilas predeterminadas.Romà Vallès nos sorprendió con este renacer.Con la contundencia de obras de gran formato que parecían elaboradas por una energía desbordante, por un espíritu de veinte años. Fotografía cuidadosamente seleccionada e intervenida. Texturas, materias ficcionadas visualmente pero también enriquecidas sobre fotografías en blanco y negro que todo lo iluminan. Un lujo de terminación de trayecto. Un 'rara abuelos' que brilló cuando todo el mundo acaba descendiendo. Un lujo "de hombrecillo" que se reinventaba sin perder su esencia, su voz."