Gothsland inaugura 'Casas - Picasso. De la bohemia a la modernidad'

Gothsland presenta, hasta el 20 de enero de 2024, Casas – Picasso. De la bohemia a la modernidad, una exposición que exhibe más de medio centenar de obras, la mayoría realizadas en Barcelona, Madrid y París. De hecho, Ramon Casas y Santiago Rusiñol importaron la modernidad parisina y sus vivencias en la capital catalana a través de sus exposiciones y artículos. Sin embargo, impulsaron con Pere Romeu y Miquel Utrillo la taberna Els Quatre Gats, el famoso centro neurálgico situado en la calle Montsió. Allí fue donde una extraordinaria generación de artistas jóvenes liderada por Picasso se dio cita en el emblemático local que se había instalado en la planta baja de la Casa Martí, el edificio que Josep Puig i Cadafalch había construido en el más característico neogótico modernista en el antiguo solar del convento que daba nombre a la calle.

Picasso, junto a Casagemas, Opisso, los hermanos Fdez. de Soto y Vidal Ventosa fueron los miembros de lo que ha sido denominado el núcleo duro del grupo joven. Ricard Opisso describió a Picasso en sus memorias de la siguiente manera: "Revoltoso, alegre, bullicioso y rebelde, con los ojos negros y penetrantes, capaz de jugarle al diablo una mala partida (…). Sin embargo, Pío Baroja abundaba en esta descripción y escribió sobre Picasso: "Picasso mostraba demasiada audacia y demasiada ambición (…) nacido en Málaga; pero no creo que tenga tipo de andaluz. Yo supongo que tiene más de catalán, sobre todo espiritualmente. Andaba vestido como un pintor del Barrio Latino" : jaqueta de terciopelo morado, sombrero ancho y melenas.Se metía por los racones a dibujar escenas populares.Tenía poca estimación por la mayoría de los pintores modernos.Era el antipompier por excelencia.En la revista Arte Joven hizo algunas ilustraciones;dos o tres , para mí novela Inventos, aventuras y mixtificaciones de Silvestre Paradox.Hizo también un retrato mío, al carbón, que se publicó en la portada de la misma revista, y que, evidentemente, tenía mucho carácter. El retrato lo hizo en menos de una hora, y se perdió. Picasso callado y reservado, según su costumbre; hablaba poco y escuchaba mucho, pero decía más con una palabra que otros con cien".

Fruto de esos días vividos en Barcelona son los retratos que hizo a sus colegas y que fueron exhibidos en su primera exposición individual en Barcelona, inaugurada el 1 de febrero de 1900. Junto a las obras de Casas el visitante podrá descubrir las obras picassianas inmortalizadas en sus cuadernos de notas que llevó a París en 1900, durante el transcurso de la exposición universal. Según Rosa Maria Subirana, conservadora y directora del Museo Picasso de Barcelona entre 1966 y 1983, las ilustraciones del carnet que el artista utilizó en París fueron “el más delicioso de los dibujos realizados por Picasso”.

De los 17 carnets que el propio artista dio al Museo Picasso de Barcelona en febrero de 1970, quizá éste sea el de mayor interés plástico, ya que, en él, por primera vez, irrumpe la capacidad colorística de Picasso al ponerse en contacto en París de 1900”. De hecho, el propio Picasso confirmó la ejecución de estas ilustraciones durante el primer viaje a la capital francesa. Los treinta personajes que aparecen fueron inmortalizados por las calles y parques de París a partir de lápices plomo o lápices contiene y retocados con acuarela. Estas ilustraciones captaron lo esencial de cada uno de los personajes. También los que realizó en Madrid en 1898 y que atestiguan su predilección por Velázquez y Goya.

La exposición presenta también una copia del "Capricho de Goya" que se encuentra en el Museo del Prado, como lo confirma la inscripción en la parte inferior izquierda que indica "Copia de Goya". Merece la pena señalar que se trata de una copia de los dibujos conservados en el Museo y no de los grabados. Esto se evidencia en la representación detallada del borde del brasero, con adornos curvos claramente visibles en el dibujo y no en la sombra, como se aprecia en el aguafuerte. Por su parte, Casas retrató a Elisa, su hermana pequeña, la cual fue representada de frente, hasta el alzado del pecho y vestida de goyesca. Casas utilizó una pincelada visible y gruesa que permitía ver cada uno de los trazos.

La obra se circunscribe dentro de la producción de pequeños retratos realizados con el soporte de tabletas de madera entre 1883 y 1889. En la mayoría de estos retratos aparece representado el entorno familiar del artista y él mismo, tal y como fue habitual durante toda la vida. Asimismo, esta obra reúne dos temáticas frecuentes en estos años, los retratos familiares y las escenas taurinas y de folclore español que estuvo rabiosamente de moda en el París finisecular (Una de las obras que triunfaron en la capital francesa fue El jaleo de John Singer Sargent, en 1882). 1883 fue el mismo año en que Casas se presentó en el Salón de Automne con un autorretrato vestido de torero con pantalón gris y chaqueta negra corta (Actualmente en el Museo Nacional de Arte de Cataluña). La obra se exhibió bajo el título de Retrato de MI; Monsieur Yo, que era como el artista firmaba las cartas que dirigía su primo Joaquim Casas i Carbó. Tanto en el citado autorretrato como en el que realiza en Elisa se refleja la influencia de Velázquez y, especialmente, Goya por su temática y la utilización de claroscuros y las pinceladas de gran fuerza expresiva.

A Picasso siempre le gustó experimentar con su representación. Otra de las obras que pueden verse en la exposición es seguramente un autorretrato, sentado a la mesa de un café. El joven lleva un bigote incipiente. En la zona inferior del papel se ven unas manos dibujante y la posición forzada de los brazos y manos del retratado, dejan en duda la hipótesis de este selfie que deberá confirmar o desmentir el propio espectador.