Arranz-Bravo, el artista "atómico"

Llamada a media mañana de Albert Mercadé, amigo y director de la Fundación Arranz-Bravo. De hecho, les presenté hace tiempo porque se intuía que podían surgir cosas interesantes de ese maridaje. Albert, actualmente presidente de la Asociación de Críticos de Arte de Cataluña, me dice con mucha mano izquierda que Eduard ha muerto, en su cama, de forma organizada, tal y como era él. Silencio. Emociones a flor de piel. Recuerdos intensos. Este martes almorzaba -hacía tiempo no lo hacíamos- en su casa de Vallvidrera, un espacio mágico, construido por su galerista, el también arquitecto italosuís Lanfranco Bombelli. Al lado de la casa, se había hecho una década después un estudio impresionado, creado por Jordi Garcés, el arquitecto y padre de la filósofa Marina Garcès, donde pasaba horas y horas pintando, esculpiendo, dibujando y contemplando la obra, pensando en ideas futuras. Como siempre, damos una charla en el comedor y después íbamos al estudio. De este encuentro acordamos una exposición de cerámica en el Terracotta Museo de la Bisbal con una serie muy interesante que hizo, así como un reencuentro con la galería Miguel Marcos de Barcelona, que ya lo había expuesto. Aún recuerdo cómo nos conocimos con una exposición en la fantástica galería ampurdanesa Cyprus Art a finales del 90 del siglo pasado. Nos hicimos muy amigos y yo ayudé a hacer una reintroducción de su legado en Catalunya -estaba yendo muy fuerte en EE.UU., pero aquí su deje había quedado en segundo plano después de haber triunfado muy conjuntamente con Rafa Bartolozzi y la memorable acción en la fábrica Tipel.

Organicé exposiciones de él en la Fontana de Oro de Caixa Girona de la mano del Arcadi Calzada y el Ayuntamiento de Girona -Capilla de Sant Nicolau-, Caixa Manresa gracias a Jaume Torras, en Sant Cugat del Vallès con la complicidad de Jordi Batlle y el Ayuntamiento de la ciudad, en el Edificio Miramar de Sitges y en Andorra de la mano de Gabi Serrano, y en Hospitalet, en el Tecla Sala, donde negociamos con Celestino Corbacho su futura fundación. También en la Fundació Lluís Coromina incorporamos una escultura en bronce y una pintura, aunque ya disponía de una importante obra pictórica de primera época. En la colección Bassat también la obra de Arranz-Bravo está bien representada. Todavía recuerdo cuándo me hacía entrar en el estudio y me preguntaba sobre las obras. Una vez le comenté que una pintura no me parecía acertada y cuando volví semanas después ya la había tapado. Me quedé algo cohibido por lo que había hecho -a pesar de que es (lo debería ser) común en el hecho creativo- y me dijo que las capas generan intensidad ya pesar de que no se vea lo que hay debajo, la vibración se percibe. Fue una lección de riesgo, autenticidad y metafísica de la pintura.

Arranz- Bravo, el galerista Miguel Marcos i Bartolozzi a Saragossa, el 1977.

Los pasados martes nos acompañó Miquel Gelabert, un artista muy exitoso, que le apoya logístico un par de veces durante la semana y que ha sido una persona clave en la historia de Eduard, que siempre ha tenido asistentes inician ya los que ayuda como Martí Cormand, Bernat Daviu y que demostraban el espíritu de cooperación intergeneracional que siempre quería provocar. Hoy hablando con Montse Aguer, me recordaba una comida en su estudio de Vallvidrera que también, cuando los presenté, y me decía que tenía una ironía inteligente y juguetona que le hacía mucho pícaro. Era un hombre atómico, no dejaba a nadie indiferente. Tuvo una relación muy especial con el galerista de Cadaqués Lanfranco Bombelli. De hecho, gracias a la galería Cadaqués contactó con galeristas alemanes y, posteriormente, con galeristas americanos -Franklin Bowles- que consolidaron su trayectoria profesional de forma internacional. Era un hombre renacentista que pintaba, dibujaba, hizo un montón de grabados, hizo escultura - "La acogedora" de L'Hospitalet, donde está la sede de su fundación- cerámica, muralismo, ilustración de libros - gran lector- o se había atrevido a pintar un transatlántico. Artista total, artista expandido como diría Joan Brossa. Hablaba cinco idiomas, era un trabajador incansable, serio y escrupuloso al máximo, fue el pequeño de una casa de ocho hermanos que le dio una agilidad mental y humana y unas ganas de luchar lo que tenía siempre activado. Nos contagiaba energía en todo momento ya todo el mundo. Es una pérdida muy importante por la artigrafía Catalana y Española del Arte Contemporáneo y, personalmente, nos deja un hombre atómico al que amé como si fuera de la familia.

D'esquerra a dreta, Ricard Planas, Eduard Arranz-Bravo, Núria Poch, Anna Maria Camps i Albert Mercadé. Any 2017. Fundació Arranz-Bravo.

El novembre del 2022 va participar a la presentació del monogràfic de bonart dedicat a Duchamp, Arranz-Bravo el primer per la dreta, al costat de Rosa Maria Malet, Joan Casellas i Carolina Rossich, conductora de l'acte.

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