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Exposiciones

William Eggleston en el Centro de Fotografía KBrFundación MAPFRE

William Eggleston en el Centro de Fotografía KBrFundación MAPFRE

Hasta el 28 de enero, el Centro de Fotografía KBrFundació MAPFRE presenta la exposición William Eggleston. El misterio de lo cotidiano. El misterio de lo cotidiano constituye la más amplia exposición que hasta ahora se ha presentado en el Estado sobre Eggleston. Organizada cronológicamente, aborda sus trabajos en blanco y negro (que se presentan por primera vez con motivo de esta exposición) y los más conocidos, los realizados en color a partir de 1965. Desde entonces, el autor va conseguir cambiar la consideración de lo que merecía la pena ser fotografiado y abrió su atención a todo tipo de objetos, llevando a la práctica fotográfica una mirada democrática.

William Eggleston fue uno de los pioneros de la fotografía en color. Rompió el paradigma de su tiempo al realizar fotografías con intención artística pero en color, lo que entonces estaba reservada para la publicidad y la fotografía de los aficionados.

Sin embargo, su obra ha protagonizado numerosos debates y controversias en el plano de la fotografía del siglo XX. Por un lado, están aquellos que apuntaron a su aparente carencia de profundidad y contenido, y por otro, los que consideraban que a sus composiciones casuales les faltaba disciplina técnica. Así pues, la aparente carencia de profundidad en sus fotografías, su supuesta falta de técnica fotográfica o la falta de diversidad en su enfoque han sido una de las debilidades señaladas entre las voces más críticas.

Sin embargo, es incuestionable la capacidad de Eggleston para transformar escenas simples y anodinas de la vida diaria en imágenes impactantes y evocadoras. La poderosa mirada del fotógrafo es capaz de mostrarnos la belleza escondida en situaciones aparentemente triviales, llenas de banalidad. Sus primeras aproximaciones fotográficas en un trabajo inicial en blanco y negro en torno a los suburbios de Memphis estuvieron profundamente marcadas por el “instante decisivo” de Henri Cartier-Bresson, por Robert Frank y Eugène Atget.

A finales de la década de 1960 y principios de 1970, Eggleston empezó a fotografiar todo lo que le rodeaba con una clara intención artística y en color, derribando la noción de que sólo el blanco y negro puede ser artístico. En las fotografías de Eggleston, detrás de los objetos mundanos, se esconden decisiones y disciplinas fotográficas que, en realidad, están muy lejos de ser vulgares o improvisadas. Eggleston pretende revelar el potencial estético detrás de cada imagen de lo cotidiano en una refracción única de lo banal y evocador. La casualidad y las imágenes más instantáneas pueden revelarse incluso más enigmáticas y sugerentes que aquella fotografía pensada y estudiada.

Su uso del color será pionero, ya que, pese a que tuvieron que pasar varias décadas más, desmontó la convicción de que las fotografías serias solo se hacen en blanco y negro. Si, como decía Eudora Welty, “no existe ningún sujeto más lleno de implicaciones que el mundanal”, la exposición de William Eggleston se convierte en una oportunidad imprescindible para reencontrarnos y mirar de cara a la complejidad y riqueza de lo que estamos en el nuestro día a día.

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