Nuestro país existe y es capaz de aportar una mirada propia al mundo porque surgen artistas de proyección internacional con un vigoroso talento creativo, pero también porque entre nosotros nacen personalidades excepcionales como Antoni Vila Casas, impulsor de la fundación que lleva sus apellidos .
La Fundación Vila Casas dispone en Barcelona del Museo de Arte Contemporáneo Can Framis y de Espais VolaArt, dedicados a exposiciones temporales de arte contemporáneo; en Palafrugell del Museo de Escultura Contemporánea Can Mario, y en Torroella de Montgrí del Museo de Fotografía Contemporánea en el Palau Solterra. Pero a continuación debemos añadir otras iniciativas de grosor como los acuerdos con ayuntamientos como el de Vila-Seca, vinculado al Castell, o como el de l'Escala-Empúries, en relación con el fondo de arte de Joan Puig Guillot.
La inmensa labor cultural concebida y realizada por Antoni Vila Casas responde a una pasión por el arte y un compromiso inequívoco –firme y coherente– con el país. Los catalanes hemos vivido largos períodos con instituciones impuestas o supeditadas a gobiernos ajenos. Si en estas condiciones desfavorables hemos logrado perdurar, ha sido porque nunca hemos desistido de ser. Antoni Vila Casas creía en la obra de nuestros creadores, la defendía no sólo con palabras, sino con exposiciones y adquisiciones. No podemos explicar la vitalidad y el reconocimiento social del arte entre nosotros desde 1986 sin el apoyo incansable que ha recibido, más allá de la acción de los organismos oficiales, de Antoni Vila Casas y de los equipos que ha sabido constituir para gestionar sus proyectos, que ha construido con vocación de continuidad.
Me he referido a Antoni Vila Casas con la conocida expresión de Quintiliano que refleja su carácter: suaviter in modo, fortiter in re . Y es que Vila Casas encarnaba la elegancia, la sutileza, el gusto exquisito por la belleza pero eso no le convertía en un hombre pusilánime; por el contrario, en Vila Casas la sensibilidad y la determinación iban juntas. Por eso su vida ha sido tan fecunda. Ahora que el ciclo de sus años se ha cerrado, nos queda, luminosa, la memoria y permanece bien sólido su precioso legado, que merece admiración y una profunda gratitud.