Últimamente, no saltamos de los sustos en los ámbitos económicos, políticos, deportivos y, por supuesto, en los culturales. Recientemente, leía sobre las conductas narcisistas y sobre si es necesario ser un cretino para "triunfar" en esta vida. Hay controversia. Parece que, empíricamente hablando, puede decirse que no pero cuesta creerlo. El hecho es que el Eufònic -liderado por Vicent Fibla -, el festival de artes sonoras, visuales y digitales de las Terres de l'Ebre inaugurado ayer y galardonado, hace apenas un mes, con el Premio Nacional de Cultura 2023 , ha podido sobrevivir y reformularse con poquísimo tiempo después de perder el apoyo del Ayuntamiento de la Ràpita, un apoyo logístico y económico esencial y que desapareció del día por la noche apenas previo aviso. No negamos en ningún momento que el ejercicio de la política comporte cambios y seleccione prioridades. No negamos que la cultura deba ser intocable. Pero lo que sí que reprobamos categóricamente es la falta de argumentación, de cultura y de tacto para tratar la cultura y proyectos de la importancia como el que Vicent Fibla y su equipo logran desarrollar fuera de los circuitos convencionales. Este final de junio, a uno más y pico de iniciar la nueva edición, un alcalde populista, Xavier Revertí -el Xapo -, con dejes narcisistas y con ignorancia patente, le notificaba a su director que le retiraba el apoyo justificando que: " La Ràpita ya dispone de una franquicia del Oktoberfest, que es un evento internacional. No hace falta nada más". Un hombre con deje Gil y Gil -aquel impresentable presidente de fútbol- que con su mayoría absoluta, a base de acciones populistas bastante surrealistas, ha hecho lo que le ha dado la gana. ¿Acaso el festival Eufònic no estaba alineado con actividades económicas relacionadas con los negocios del Chapo? No sabemos, lo que queda claro es que no tener capacidad de diferenciar entre el Eufónico y el Oktoberfest es susceptible de miopía cultural destacable. Es de ser un completo ignorante. El Chapo ha hecho un Rubiales. Da rabia que actitudes como ésta, por mucha autonomía que puedan tener los alcaldes, queden impunes. Desde la Diputación de Tarragona , así como desde el Departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña , el Ministerio de Cultura, aparte del colectivo cultural y artístico, deberíamos apretar todo lo posible para intentar revertir estas dinámicas. Con el cierre del Museo del Quart se logró e incluso este hecho perjudicó la reelección del alcalde. ¿Xavier Reverté debe quedarse tranquilo? Hacen falta acciones, que ya se están haciendo, no sólo para que la Ràpita recupere un festival que codician a otros municipios de alrededor, sino por la dignidad del sector. No debemos permitir alcaldadas de esta magnitud que demuestran una ignorancia profunda y una mirada corta y patética por el país, así como no reconocer el esfuerzo que supone sacar adelante proyectos de estas características.
Con todo, un 10 en el equipo de Fibla y en el propio director, así como los municipios y esponsors que le apoyan, para enderezar el rumbo sin perder demasiado comba y poder abrir un ciertamente de primera. Por muchos años este talante del mundo cultural y esta resiliencia contra la tormenta.