El 26 y 27 de junio, el auditor del MACBA acogió Talking galleries, las jornadas dedicadas a aprender sobre las nuevas formas de expresión y su encaje en el mercado del arte, las cuales tuvimos el privilegio de sentir desde de las voces más expertas, las cuales nos presentaron un retrato caleidoscópico del que podemos identificar y destacar algunos aspectos.
Uno es, sin duda, la dificultad de estas nuevas vías expresivas de anclarse a un apoyo concreto que sea fiable a lo largo de los años, ofreciendo así a los coleccionistas una seguridad relativa a su capacidad perenne. Otro es la pedagogía que desde el dealer/representante/institución/galerista/etc. debe hacerse de este lenguaje, porque resulta en conceptos tan innovadores que a menudo hacen que el discurso que sostiene, se pierda entre los estímulos más llamativos y estériles.
Es a veces, desde esta percepción desnuda de un Virgilio guiando a los neófitos, de donde se siente que la incomprensión se convierte en desafecto por parte de un público perplejo ante la vertiginosa velocidad de los cambios de paradigmas, convirtiendo así paradójicamente al interés inicial en un ausente entendimiento.
Otras perspectivas, sobre los temas que se trataron en las ponencias, dibujan unos márgenes inexplorados, una "tierra incógnita", retos a los que debemos acoger con gozo, porque son oportunidades de amplificar discursos, de alejar o borrar fronteras entre disciplinas o de establecer relaciones inéditas entre el objeto-sujeto.
Lejos de ser algo que se pueda circunscribir tan sólo a un pensamiento, a una cita célebre oa una reflexión, hace pensar en un párrafo de Nietzsche del Último hombre" relativo a Así habló Zaratrustra: "'En otro tiempo todo el mundo desvariaba ' – dicen los más sutiles y parpadean". Es un deseo de que esta apertura se convierta en solidez, dejando de lado fuegos de artificio que fácilmente convierten a los desvaríos en un campo de cultivo árido, en vez de utilizar estos delirios creativamente y de forma rigurosa, y así aconteció en algo fértil: Ojalá el parpadeo sea de deslumbramiento y fascinación ante la inconmensurable revolución difuminando horizontes y no de aburrimiento hacia algo incomprensible o inconsistente.Ojalá parpadeamos absorbiendo savia rica en rigor nuestra mirada.