"De Miró a Barceló. Joan J. Puig, la aventura de coleccionar"

El Museo del Corcho de Cataluña inaugura el 15 de julio a las 19.30 h la exposición De Miró en Barceló. Joan J. Puig, la aventura de coleccionar, una ocasión única de conocer a los artistas más relevantes del siglo XX y XXI a través de un recorrido ameno que quiere acercar el arte contemporáneo a todos los públicos.

Artistas internacionales como Robert Delaunay, Sol Lewit, Ben Vautier o Fede conviven con una notable representación de la escuela catalana, que abarca desde Joan Miró, Antoni Tàpies y Joan Brossa hasta Narcís Comadira, Jordi Alcaraz, Samuel Salcedo o Maria Yelletisch. La escena madrileña es otro eje importante de la colección, que se inicia en los años de la posguerra con Antonio Saura para continuar con Guillermo Pérez Villalta y El Roto, hasta llegar a las propuestas de Oscar Mariné o Edgar Plans .

Es relevante destacar la presencia de artistas actuales premiados y reconocidos mundialmente como Miquel Barceló o Ángela de la Cruz, ambos representados a través de obras clave en su trayectoria, así como Cesc Abad, Oscar Mariné, Xevi Solà o Victor Dolz.

La sensibilidad y el conocimiento de Joan J. Puig le llevan a escoger las piezas más representativas y maduras de cada autor, obras de referencia sin duda, que permiten formar una colección rica en contenidos, diversa y dinámica pero a la vez completa y coherente. Todo ello nos permite realizar un viaje no sólo por la historia del arte contemporáneo sino por las sensaciones, los sentimientos y las ideas, manteniendo un diálogo constante y cautivador con las obras.

Tal y como dice Anna Pou van der Bossche, comisaría de la exposición, el interés de Puig por la literatura existencialista y la filosofía de Emil Cioran definen la colección, que como en una tragicomedia las obras se mueven al ritmo de una fuerte pulsión vital entre dos polos: el color, la alegría y la sensualidad que conviven con el vacío, la oscuridad o la impotencia. Las piezas desfilan orgiásticamente en una especie de baile báquico que refleja el carácter de su propietario, un hombre vital, incansable, viajero y curioso que vive literalmente rodeado de sus obras, con las que necesita convivir.