Una vez terminado el Festival VIDA en Vilanova i la Geltrú ya se está preparando la próxima edición que será la décima y por tanto tendrá unos pluses de celebración, como es un día más de festival, de jueves a domingo.
Este año el VIDA apostó por jóvenes promesas a la vez que presentaba un cartel con músicos y bandas consagradas como Suede. En el aspecto plástico y gráfico los marcianos Comecocos relucían en los diversos escenarios y paisajes de este gran festival que se celebra alrededor de la Masía de Cabanyes, una mansión neoclásica donde vivieron el poeta prerromántico Manuel de Cabanyes y el pintor modernista Alexandre de Cabanyes, entre otros miembros de una estirpe marcada por la comercialización de los vinos catalanes.
El elemento central de la gran explanada donde se instalan los dos escenarios principales, Estrella Dorada y La Masia, estaba ocupado por una intervención minimal, un conjunto de bidones cúbicos semitransparentes reforzados con las rejas de metal que apelaban a la idea de sostenibilidad ya los problemas que estamos abordando en torno al agua. La iluminación nocturna confería a este conjunto una presencia vistosa y sin embargo inquietante, a su alrededor acampaban las familias con niños que es uno de los públicos fundamentales del VIDA festival.
El camino hacia el bosquecillo remitía a los videojuegos y allá al fondo una pequeña cúpula geodésica invitaba a los participantes a jugar a los marcianitos de los años ochenta, un clásico.
Todo el VIDA respira campo y bucolismo, la localización es perfecta y cuenta además con el aditivo de la Dorada y la Tintorera, espacios junto al mar que el sábado por la mañana ofrecen una alternativa complementaria y madrugadora.
Ya a la venta los abonos para el próximo año. Y esperamos sea apoteósico e independiente como siempre ha sido el VIDA Festival de Vilanova y la Geltrú.