Desde el 14 de junio el artista madrileño Gonzalo Guzmán (Madrid, 1991), presenta su primera exposición individual titulada Colisión en Galería Senda de Barcelona, en el marco de Art Nou, el Festival de Arte Emergente de Barcelona, que tiene el objetivo de impulsar el talento de jóvenes artistas y, entre otras cosas, darles la oportunidad de exponer, y como en este caso, por primera vez en una galería.
Los sueños lúcidos han marcado a Gonzalo Guzmán, ya que tras experimentarlos decidió cambiar radicalmente su vida y dedicarse plenamente a la escultura para plasmar sus ensueños. Su producción artística se compone de piezas metálicas de acero inoxidable que remiten a monumentos megalíticos como dólmenes, que suelen aparecer en su mundo onírico. La creación de esculturas es una forma de investigación para trasladar estas figuras a la realidad. Es decir, el hecho de materializarlas posibilita que Guzmán interactúe en el plano real y al mismo tiempo puedan hacerlo otras personas. Además, la plasmación material de estas obras permite concienciar sobre cómo transformar el entorno a partir de los sueños La pieza central de la exposición es Colisión, una estructura que también ha sido protagonista de sus sueños. Esta instalación está configurada por la representación de una estalactita de tres metros de acero inoxidable que se suspende desde el techo de la galería sobre una superficie reflectante.
El reflejo de la estalactita en la superficie genera la ilusión de que también existe una estalagmita y, por tanto, son dos estructuras que están a punto de tocarse. La fuerza de la composición reside en la proximidad de una colisión imposible; en la tensión de dos volúmenes a punto de chocar. Ante la observación de la instalación, el espectador puede cuestionarse si realmente percibe una estructura de seis metros o una de tres metros reflejada en una superficie. Sin embargo, ninguna de las dos opciones es errónea. Asimismo, la percepción temporal también se altera por medio de la presencia en la muestra de un reloj inoperativo, puesto que cuando soñamos la noción del tiempo se desvanece.
Además, el público podrá contemplar otras esculturas del artista presentes en sus sueños que aluden a estructuras megalíticas. Los interrogantes que nos sugiere la observación de Colisión nos llevan a reflexionar sobre los límites difusos entre lo que es y lo que no es real. Esta misma situación sucede en los sueños lúcidos en los que persiste la incógnita sobre la que forma parte, y en consecuencia, la aprehensión de la realidad y nuestro sistema de creencias pueden entrar en colisión.
La estructura se suspende desde un falso techo tensado iluminado con luces led que se ha podido ejecutar por medio de Barrisol y la empresa Instalación de Materiales Acústicos y Decorativos (IMAD). Gonzalo Guzmán (Madrid, 1991) se formó como diseñador industrial y se dedica a la escultura desde la época de la pandemia, cuando empezó a tener sueños lúcidos, experiencia que puede afectar hasta a un 50% de la población al menos una vez en la vida. En éstos el sujeto es consciente de que está viviendo un sueño ya partir de ahí pasa a controlar su desarrollo.