Fabra i Coats: Centro de Arte Contemporáneo de Barcelona presenta Ciudad de arena de David Bestué, una exposición comisariada por Marta Sesé que propone un cambio en la forma de mirar la ciudad de Barcelona.
Bestué se pregunta: ¿Qué configura la historia de una ciudad? Como si una tormenta hubiera hecho aflorar todo lo que no contemplamos por oculto, olvidado o arrinconado, el artista llena los tres pisos del nuevo espacio de un relato barcelonés que transita entre la memoria personal, el sueño y la búsqueda exhaustiva en los márgenes de la museografía. Construye un relato que contrapone la idea proyectada y soñada de Barcelona (proyectos urbanísticos ambiciosos en forma de maqueta o la concepción de la ciudad desde una perspectiva de progreso y avances técnicos) con una realidad a contrapelo y popular (en forma de imágenes distribuidas en la prensa, revueltas o gritos a la contra, plasmados en periódicos que quedan en el subconsciente colectivo de todas aquellas personas que habitamos la ciudad). Por eso utiliza tanto elementos simbólicos como materiales.
En su investigación, el artista ha trabajado con referentes de un pasado más o menos reciente, a los que se suman elementos del presente, muchos de ellos fruto de un barrido exhaustivo de la prensa de este período, una inmersión de más de 6 meses en la hemeroteca de La Vanguardia. Utiliza el diario como fuente y como material, de forma literal, construyendo con su celulosa distintas piezas. En buena parte de la exposición, Bestué nos sitúa en un marco temporal que abarca aproximadamente desde 1979 hasta 2011, desde el primer ayuntamiento democrático de la ciudad hasta el inicio de un nuevo paradigma con el movimiento del 15M.
En la primera planta dedicada a la exposición (PB del centro), se mezclan elementos que conforman una especie de museo de curiosidades, restos de un pasado. Como piezas rotas de historia, hay una flor que crecía en las dunas de Can Tunis en los años 30 hoy desaparecidas, esculturas hechas con escoria de la depuradora de Sant Adrià, una cuerda tejida con restos de palmera, una escultura de celda lulosa hecha a partir de diarios triturados, etc.
Además de utilizar elementos materiales vinculados a la ciudad que capturan su vida más afectiva y poética, Bestué recoge obras de diversa autoría. Como testigos de este subconsciente colectivo, incluye vestigios de proyectos urbanísticos como el Campo de Tiro de las Olimpiadas del 92, obra de los arquitectos Enric Miralles y Carme Pinós, actualmente almacenado en un descampado en Vall d'Hebron. Se ha trasladado un fragmento de hormigón y un banco a la sala del centro.
En la siguiente planta, se encuentra una colección de maquetas de proyectos urbanísticos de la ciudad soñada a la que se refiere Bestué, Maquetas con estructura de zigzag, recuperadas de diferentes archivos de la ciudad. Conviven con una videocreación, Diaris proyectados (destrucción, maquetas, contra, cuerdas), donde el artista recoge titulares e imágenes de La Vanguardia con una canción de Hidrogenesse que ha sido creada expresamente para la exposición a partir de titulares seleccionados por Bestué.
En la última planta, el artista presenta un conjunto de obra escultórica. Todas las piezas han sido realizadas para esta muestra con materiales que conforman el relato de la exposición (como llevados por la tormenta a la que alude): Esculturas de papel de diario triturado, Pared de pladur cubierta parcialmente con pétalos de martín pescador , jazmín y amapola, y Pilares, entre otros.