Roman Ondak y Antoni Tàpies en la Fundació Tàpies

El artista eslovaco Roman Ondak y una recopilación del fondo de la colección de Antoni Tàpies comparten espacio en la Fundació Tàpies en una exposición que relee, hace dialogar y combina las creaciones de ambos artistas. La muestra Roman Ondak. Infinitum agrupa esculturas, instalaciones espaciales y fotografías rindiendo homenaje a lo cotidiano a través de experiencias personales del pasado con miembros familiares u objetos encontrados y modificados. Tàpies. Maderas, papeles, cartones y collages reúne una treintena de dibujos y maderas de Tàpies de la década de 1960 y 1970 que ponen énfasis en la precariedad de los materiales, la huella del artista y el mensaje que quería comunicar. La muestra podrá visitarse hasta el 22 de noviembre.

En cuanto al autor eslovaco, la obra de Roman Ondak pertenece a la generación de artistas que redescubrieron el arte conceptual, el readymade y la performance desarrollados en su ámbito geográfico durante las décadas de 1960 y 1970. Con esta tradición como telón de fondo, el artista parte de la observación de la realidad cotidiana con el espacio y el tiempo como protagonistas y eje principal de sus obras. La práctica de Roman Ondak reúne varios métodos: desde situaciones formuladas con simplicidad en las que vincula las relaciones entre miembros de su familia, varios grupos de personas o espectadores que entran en sus exposiciones, hasta objetos encontrados y modificados o instalados ciones espaciales construidas. A menudo, el espacio y el tiempo son tematizados sistemáticamente en sus obras, donde están entrelazados con su historia personal, recuperando fragmentos de sus recuerdos de años anteriores, cuando el artista vivió su infancia y su adolescencia en la relativamente aislada Checoslovaquia durante el autocrático régimen comunista.

Permanece Ondak. Infinitum se mueve entre la ficción y la realidad alternando situaciones u objetos. El artista, que aprendió a entender la existencia de divisiones y clasificaciones de inclusión y exclusión sociales, aborda en su obra otros patrones de comportamiento, distintas posibilidades sociales y políticas alternativas.

El eje principal de la muestra está construido por tres obras - Zone, Infinity e Inside Out - que buscan, según ha explicado el artista, que los espectadores "se vean reflejados a sí mismos".

Los papeles y los cartones de Tàpies

Por otra parte, Tàpies. Maderas, papeles, cartones y collages muestra una faceta del trabajo del artista que, según Núria Homs, comisaría de la exposición, “destaca una serie de valores como la pobreza, la fragilidad, la vulnerabilidad e incluso el dolor en partir de la expresividad de los propios materiales”.

El título de esta exposición está tomado del libro que Joan Teixidor publicó en 1964 a raíz de la exposición de cartones, papeles, maderas y collages de Tàpies que tuvo lugar en la Sala Gaspar, en Barcelona. Esta faceta del trabajo de Tàpies está en la base de su concepción artística y filosófica, y conocerla ayuda a entender el sentido del conjunto de su obra. La Fundación presentará una exposición que reunirá una treintena de dibujos y maderas de las décadas de 1960 y 1970, provenientes del fondo de la colección, junto con préstamos nacionales e internacionales, a fin de mostrar piezas poco vistas o desconocidas por el público.

La exposición pretende mostrar obras poco vistas o desconocidas para el público a través de piezas que provienen no sólo del fondo de la colección, sino también cedidas de préstamos nacionales e internacionales. La exposición pondrá el énfasis en la precariedad de los materiales, en la impronta que dejó el artista, y en el mensaje que quería comunicar. Porque este tipo de obras permitían a Tàpies transmitir más cuidadosamente la desazón que le causaba el excesivo espectáculo que domina la cultura contemporánea, la abundancia de ruido ambiental, la superficialidad y la trivialidad, los impactos comerciales continuados, la falta de tiempo de reflexión. Tàpies, de quien celebraremos el centenario del nacimiento a finales de este año, utilizaba las herramientas del arte para hacernos conscientes del mundo en el que vivimos y para invitarnos a imaginar otro mundo posible. El tiempo ha pasado y la urgencia es la misma. Las herramientas, al estar bien calibradas, todavía nos son útiles.