Durante años Valeria Navarro ha trabajado de forma incansable con un único objetivo: dar visibilidad a la trayectoria del pintor Josep Navarro Vives. Con la tenacidad y la esmerada exigencia por el respeto al trabajo y la obra de toda una vida, la de su padre, Valeria Navarro ha puesto en marcha el Archivo Josep Navarro Vives . El proyecto, que parte de la iniciativa privada, no sólo está orientado a la recuperación, documentación, catalogación y conservación de la producción artística del pintor Josep Navarro Vives, sino que trabaja para la difusión de sus resultados entre la comunidad artística objetivo de hacer valer la obra de Navarro, y rescatar a una generación de artistas catalanes que, durante la segunda mitad del siglo XX, quedaron eclipsados por las grandes figuras del informalismo catalán. La figura de Josep Navarro es, podríamos decir, la clave de vuelta de las múltiples historias aún por descubrir del arte catalán y que nos obliga a mirar de cerca a otros autores que pasaron inadvertidos en la elaboración de los grandes relatos pero que cierran, en sí mismos, la microhistoria de una época, lo que pasó desapercibido y que, sin duda, debe ayudarnos a completar el relato de un panorama artístico que se revela más rico y complejo cuanto más amplia y variada. es su representación.
¿Cómo y cuándo surge el Archivo Navarro Vives , qué inquietud motivó la puesta en marcha de este proyecto?
En 2010 me di cuenta de la necesidad de elaborar un catálogo razonado de la obra de Josep Navarro Vives como instrumento básico que me permitiera realizar otros proyectos que tenía en marcha como estudios académicos, exposiciones, catálogos, etc. La idea de generar una estructura, aún sin definir, que reuniera la obra de Navarro Vives irá tomando forma y, de manera natural, surge el proyecto de crear el Archivo Josep Navarro Vives, que es el punto de encuentro de todas estas iniciativas existentes y futuras. Lo llamé "Archivo" para reflejar, por un lado, la dimensión no comercial de mi enfoque y, por otro, su lógica fundacional que no es otra que la de compartir todo lo relacionado en torno a la trayectoria de Navarro. La primera actuación concreta de este planteamiento fue la creación del sitio web www.archivenv.org. A partir de aquí, hemos continuado trabajando de forma incansable durante los últimos casi diez años con el fin de reunir una importante base documental que fuera de interés y utilidad para investigadores, estudiantes, críticos o público en general, interesados en descubrir la trabajo del artista. Entiendo el archivo como un sitio abierto donde confluye todo lo relacionado con la creación, la vida y el contexto creativo y artístico de Navarro. Asimismo, el archivo está pensado para que sea un espacio abierto a todos aquellos que quieran saber más sobre la obra de mi padre. Nuestra principal motivación es no sólo recoger y compilar el legado de Josep Navarro Vives, sino generar un espacio donde contextualizar su trabajo y que este espacio sirva también, en la medida de lo posible, para una relectura de una época y de toda una generación de artistas, quizás menos estudiados, pero que, sin embargo, han sido fundamentales para el desarrollo del arte catalán de mediados del siglo XX.
La puesta en marcha de un proyecto de esta envergadura supone la movilización de un número importante de recursos personales, materiales, además de la inversión de tiempo y la apuesta emocional que conlleva toda revisión de un pasado, tan cercano como es la obra del padre. ¿Qué retos se han encontrado en estos años?
Es un desafío que requiere una dedicación importante. De hecho, es el trabajo de toda una vida, puesto que el proyecto crece a medida que avanza. El punto de partida fue mi convicción de que valía la pena saber más sobre la obra de Navarro. Como hija del artista, mi certeza se basa en un conocimiento íntimo y único de toda la producción. Pero esta ventaja debía compensarse, distanciándome de la obra y del artista, para seguir siendo, al mismo tiempo, objetiva y consciente de sus límites. En un principio fue un esfuerzo solitario que supuso muchas horas de dedicación y trabajo. Durante años recopilé miles de fotografías, pruebas de catálogos, correspondencia personal, certificados de autenticidad, etc. que ahora mismo componen un registro ordenado y catalogado de casi 2000 obras que crece día a día. Además, en los últimos meses hemos realizado la digitalización de catálogos, fotografías, recortes de prensa, entre otra muchísima documentación, que van desde los años 50 hasta la actualidad. Sin embargo, con el tiempo he descubierto que mis esfuerzos se han visto recompensados por encuentros estimulantes con comisarios, galeristas o coleccionistas, que han confirmado el valor de mi proyecto y el interés por la obra de Navarro.
La compilación supone también un importante ejercicio de revisión. ¿Qué ha descubierto en este proceso de la obra de Josep Navarro Vives?
Es un proceso en el que uno debe ir estirando el hilo para localizar el máximo de obras posibles. El reto es recomponer la producción llevada a cabo durante toda la trayectoria del artista; en ese caso hablamos de setenta años de creación. Hay que seguir el rastro de un cuadro desde el punto de partida hasta nuestros días. Esto es un auténtico desafío. Además, no debemos olvidar que, en el caso de Navarro, existe un factor interesante, pero que complica el seguimiento y éste es que, debido a su amplia trayectoria internacional de exposiciones en varios países y ciudades de Europa, EE.UU. y Latinoamérica, la búsqueda se realiza a escala mundial. En este proyecto he descubierto dos cosas fundamentales para entender el trabajo que hacemos en el archivo y que son la inquietud que nos motiva. Por un lado, la compilación y digitalización bibliográfica y de obra plástica nos permite reconstruir la escena artística de Cataluña. De este modo, hacemos valer la obra de Navarro y su repercusión en el circuito expositivo de la época, sin perder nunca de vista la importancia que esta documentación también tiene para entender las relaciones e implicaciones con toda una generación de artistas en un momento histórico y político determinado. Por otra parte, creemos que es importante difundir y dar visibilidad a la trayectoria de Navarro, como la de otros artistas tantísimos, que completan el relato de la historia del arte de nuestro país. En este sentido, el Archivo Josep Navarro es nuestra apuesta y está abierto a todo el mundo que lo necesite.
Por su bagaje profesional, ¿qué diferencias encuentra en el ámbito local estatal frente al tratamiento de legados/archivos de otros artistas gestionados en el contexto anglosajón o francófono?
Sí que es cierto que por mi experiencia profesional he estado en contacto con otros modos de gestión artística y patrimonial. Estudié Historia del Arte en Barcelona y Burdeos. Asistí a cursos en la "Ecole du Louvre" y trabajé varios años en París, en la casa de subastas Tajan. Después estuve once años en Venecia, en la Galería de Arte Contini. En Francia pude apreciar el gran valor que el país concede a su patrimonio cultural. Y no sólo en los monumentos, sino en los historiadores, pintores, galeristas, etc. Un ejemplo que me viene a la cabeza es la actividad del Instituto National de Histoire del Arte. También me impresionó el nivel de los profesionales del mundo del arte. Yo llegué a París sola "con mi maleta", y Francia me dio una oportunidad profesional basada en mis capacidades, no en mi nombre o contactos. Me fui porque en España no tuve oportunidades para encontrar un trabajo. A través de mi marido, descubrí el mundo estadounidense que me abrió los ojos a una forma de trabajar que seguía siendo diferente a la que había experimentado en Europa: un enfoque muy pragmático y meritocrático. En particular, descubrí la fuerza que te da la positividad estadounidense, creer que "the sky is the limit" si trabajas duro. Ese espíritu de "venga, prueba, no pasa nada y si no funciona siempre hay nuevas ideas". Este espíritu fue revelador para liberar la energía de la motivación y tener ganas de asumir retos sin miedo. Es un gran contraste con el espíritu algo derrotista en el que, a veces, parece caer en Europa.
Podríamos decir que Josep Navarro Vives forma parte de una generación de artistas catalanes quizás no suficientemente reconocidos a nivel nacional, pero que, sin embargo, tuvo una proyección internacional muy destacada. Un vacío y una falta de reconocimiento hacia una generación que desde museos como el MACBA o el MNAC se está intentando revertir en las recientes programaciones. ¿Cree que ha llegado el momento de una verdadera revisión de la historia del arte catalán?
Comparto esta opinión y es una de mis principales motivaciones. De hecho, hay toda una serie de pintores españoles de posguerra, entre ellos Navarro, que pasaron bastante desapercibidos por la crítica de arte de su época y de su generación. El hecho de que el Museo Nacional de Cataluña (MNAC) haya incluido recientemente tres obras de Navarro en su colección y en su libro, "Segundos Vanguardias" de Àlex Mitrani, es un signo alentador para este redescubrimiento. Este interés que surge por querer saber y mirar que se estaba haciendo más allá del informalismo, también representa un potencial de investigación importante para los jóvenes y las nuevas generaciones de investigadores e historiadores del arte. Sí, creo que ha llegado el momento de replantearse y redescubrir a los artistas que jugaron un papel valioso en la historia del arte catalán y de España.
En abril murió Josep Navarro y se multiplicaron las muestras de cariño y reconocimiento al trabajo ya la trayectoria de toda una vida. Muchas abogaban y reclamaban la atención a una generación de artistas, de la que Navarro formaba parte, que contribuyeron de forma decisiva al arte catalán, pero que gozaron de menor visibilidad. En esta reivindicación, y frente a esta nueva etapa que se abre, ¿qué papel quiere jugar el Archivo Josep Navarro Vives?
En esos momentos tan difíciles, me llamó la atención que las muestras de cariño y reconocimiento que recibí resaltaban la palabra "crear" y hacían referencias continuas de que Navarro "no dejó de crear". La inagotable "creatividad" de Navarro, de mi padre, siempre estaba presente en las innumerables muestras de cariño. La generación de artistas de los que mi padre formó parte sufrió, durante mucho tiempo, una falta de visibilidad y reconocimiento que, sin duda, merecían. Personalmente, me gustaría trabajar para contribuir a este redescubrimiento, más concretamente en el caso de la obra de Navarro, pero, por qué no, soñamos un poco, contribuir a ser el catalizador de un movimiento más amplio, mostrando el potencial que existen en esta generación de pintores a otros historiadores del arte, críticos, galeristas e instituciones culturales. Animarlos y motivarlos a todos ellos, a dar el paso para que se interesen en estudiar la obra de Navarro y establecer nuevas miradas que profundicen y aporten complejidades a una de las etapas de mayor creatividad nacional. La historia del arte es algo vivo que evoluciona constantemente. Es un diálogo constante. Mientras tanto, sigo centrándome en mi trabajo de campo, continuando con el catálogo razonado y la recopilación de archivos.