Del 6 de mayo al 4 de junio, Bòlit, Centro de Arte Contemporáneo presenta la exposición ¿Dónde se apoyan las imágenes? que reúne los resultados del proyecto educativo Bòlit Mentor de residencias artísticas en institutos de secundaria, que coproducimos con la Casa de la Palabra de Santa Coloma de Farners y que este año ha comisariado Marta Dahó.
Los artistas que han trabajado durante el curso 2022/2023 son Erik Estany Tigerström, Roc Herms, Núria Nia y Bárbara Sánchez Barroso en los institutos Josep Brugulat de Banyoles, Santiago Sobrequés de Girona, Carlos Rahola de Girona y Castillo de Estela de Amer, respectivamente.
Bòlit Mentor es un proyecto que combina educación y creatividad y que consiste en introducir artistas visuales en cuatro institutos de secundaria del territorio para desarrollar un proyecto creativo junto con los estudiantes, dirigidos por un curador de artes visuales. El trabajo desarrollado en el Bòlit Mentor de este año gira en torno al rol que pueden tener las imágenes; tanto aquellas que configuran las hegemonías visuales actuales, como las que ayudan a abrir espacios alternativos ya imaginar la realidad con mayor participación y agencia.
Los artistas han planteado a los alumnos dinámicas de trabajo interdisciplinar que permiten explorar la dimensión material de las imágenes y abordar procesos de reflexión en relación con los automatismos que marcan su producción con el propósito de repensar, desde la práctica artística, los vínculos entre cuerpos y dispositivos, entre imágenes y territorios. A través de la puesta en común de experiencias y situaciones, los alumnos han abierto espacios de interrogación e investigación en el proyecto. Un proyecto cuyo propósito de fondo responde a una doble necesidad: conocer las contrapartidas que implica el creciente uso, producción y difusión de imágenes y, al mismo tiempo, poder calibrar los efectos de esta mediación en el ecosistema que nos permite vivir. Dos consideraciones fundamentales han ayudado a orientar el proyecto en esa dirección. Por un lado, el hecho de que la disponibilidad exponencial de imágenes parece sostenerse en una dimensión supuestamente neutra y desmaterializada, desvinculada de la magnitud de sus efectos en el medio ambiente. Por otra parte, la idea de que, más allá de los móviles, los ordenadores u otros artefactos analógicos, un cuerpo o una comunidad también pueden configurar imágenes. Imágenes que implican otras formas sensibles de estar, percibir y mirar, así como otras relaciones y formas de ocupar el espacio. Es a partir de estas premisas y de lo que puede poner en juego un gesto, un cuerpo, una cámara o un programa informático, que la propuesta general del proyecto ha arraigado en la necesidad de repensar con los estudiantes qué rol pueden tener las imágenes, así como qué automatismos están limitando nuestra imaginación. Roc Herms y su grupo de estudiantes del Instituto Sobrequés de Girona han abordado las problemáticas vinculadas a la proyección profesional, el sistema educativo y la vida en el instituto utilizando el mems y la inteligencia artificial.
Esta herramienta también ha centrado la investigación de los alumnos del Instituto Josep Brugulat de Banyoles con Erik Estany Tigerström, incidiendo, más específicamente, sobre las lógicas con las que funcionan los modelos de generación de imágenes a partir de textos y cómo están condicionando las formas de imaginar. Por su parte, Núria Nia ha propuesto al alumnado del Instituto Carles Rahola de Girona seleccionar lo que salvarían de Internet ante un inminente colapso digital. Un ejercicio que obliga a interrogarse por los soportes en los que se apoya la frágil memoria digital a la vez que ofrece una muestra de la visión de los adolescentes sobre ese futuro hipotético. Para Bárbara Sánchez Barroso, en cambio, la apuesta lanzada al grupo de alumnos del Instituto Castillo de Estela ha sido la de salir a andar por los alrededores de Amer descubriendo todo lo que puede ocurrir cuando los móviles están apagados y la única herramienta de registro es una antigua cámara de 16 mm.