Culto y comprometido, coherente pero contradictorio, controvertido y respetado, polémico y antigregario, radical e insobornable, detallista y minucioso, incómodo y temible, irreverente y anticlerical, mordaz y ácido... Estos calificativos y muchos más se han utilizado para definir la personalidad poliédrica de Feliu Elias, protagonista de la exposición La realidad como obsesión , comisariada por Mariàngels Fondevila y Mariona Seguranyes en el MNAC.
Reconocido internacionalmente por su inclusión en la exposición Las realismos 1919-1939 en el Centro Georges Pompidou de París en 1981 o recientemente en el Guggenheim de Bilbao en la exposición Caos y clasicismo. Arte en Francia, Italia, Alemania y España 1918-1936 , Feliu Elias es ahora mismo un autor poco conocido por el gran público, aunque en 1986 fue objeto de una gran exposición monográfica en el antiguo Museo de Arte Moderno de Barcelona , en la Ciutadella.
La muestra actual supone una nueva lectura del trabajo de Feliu Elias y se estructura en tres grandes ámbitos representativos de las tres identidades de este personaje polifacético.
La exposición comienza con un ámbito titulado Apa, una mirada incisiva , centrado en el trabajo de ilustrador que firmaba con el nombre Apa. Fundador de la revista Papitu , publicó también en L'Esquella de la Torratxa o en La Campana de Gràcia y en ¡Cu-Cut! , de donde fue expulsado por haber criticado la Liga Regionalista en sus chistes. El visitante descubre un dibujante excelso que desborda los límites de lo políticamente correcto y exhibe un humor cáustico y se ceba con todo aquello que suponga un abuso de cualquier forma de poder o de autoridad.
La segunda área se titula El pintor de la vida parada . Aquí se nos presenta un artista hiperdetallista, defensor del realismo, amante de tratar temas extraídos del entorno más inmediato pero que pone mucha energía en la forma en que se acerca. Elias utiliza un divisionismo minúsculo, que nos recuerda al trabajo de Nonell. Los reflejos, los espejos, las transparencias se combinan con desproporciones muy calculadas de elementos y acaban generando unas piezas cuyo trasfondo conceptual va mucho más allá de la simple reproducción objetiva de lo que le rodea.
El tercer ámbito, bajo el título Conexiones y colisiones , aborda su dimensión como intelectual, historiador del arte notable y crítico que firmaba con el seudónimo Joan Sacs y que desde la Revista Nova manifestó su fascinación por el impresionismo, defendió el realismo y atacó de forma demoledora vanguardistas como Picasso, Dalí o Miró. Sus filias y fobias sirven de excusa para realizar una muestra antológica de un conjunto de obras representativas de artistas del momento que recibieron la crítica de Feliu Elias, ya sea positiva, negativa o cambiante.
La exposición supone un paso importante en la difusión y el reconocimiento de una figura imprescindible en el arte catalán de la primera mitad del siglo XX.