Desde el 3 de febrero, y hasta el 21 de enero de 2014, Es Baluard Museu presenta una nueva lectura de su Colección, que tiene como línea de investigación la representación y proyección del mundo en su contemporaneidad. A partir del interés en recuperar el legado medieval y poner el énfasis en ser capaces de, al igual que hicieron los cartógrafos, imaginar el mundo, se ha propuesto al comisario Agustin Pérez Rubio llevar a cabo una lectura en clave contemporánea de qué significa imaginar el mundo hoy a través de los trabajos de Ignacio Aballí, Miguel Ángel Campano, Alfredo Jaar, Bouchra Jalili, Ángeles Marco, Manolo Millares, Juan Miró, Robert Motherwell, Gabriel Orozco, Jorge Oteiza, Claudia Peña Salinas, Gala Porras -Kim, Tomás Saraceno o Hasan Sharif, entre otros muchos.
La nueva lectura de la Colección Es Baluard, junto con los préstamos de colecciones privadas de la isla, se sustenta en la noción de desorientación y dislocación como estrategias tomadas de forma consciente para desmontar la construcción de la historia de la humanidad y las representaciones de la Imago Mundi –Imagen del Mundo– que nos han llegado. Además, pretende, a través de las obras como formas de representación, dejar de perpetuar y erradicar de nuestros conceptos, escritos e imágenes, la matriz colonial, imperial, racista y sexista del pensamiento eurocéntrico.
La consciente narración entrecortada del proyecto toma una forma especulativa para aterrizar en hechos, historias y microhistorias para entender los cambios y los cuestionamientos en nuestra forma de mirar, narrar y representar. Así, confronta las acciones y los deseos de los artistas y las potenciales formas de acercamiento a estas obras desde el rechazo –formal y conceptual–, para llevarnos a una dislocación espaciotemporal que sirva de ruptura con el positivismo racionalista y modernista del eurocentrismo.
Bouchra Khalili. Mapping Journey #2, 2008
A lo largo del recorrido de este viaje, estas estrategias se evidencian más concretamente en la relación entre obras que se aglutinan y permiten diversas paradas en el espacio difuso: comparando las formas de narración histórica y contemporánea en sus representaciones, con la ilustración como telón de fondo; en las historias enmudecidas que ahora se sienten en su literalidad, o en la reescritura a partir de microhistorias; desde los cuestionamientos a los juicios de valor sobre qué constituye la artisticidad de un objeto o de una obra de arte, y su función en los museos, aun formando parte de expolios y violencias; y cómo los postulados de la modernidad, en favor de un pretendido progreso humanista, han ocultado estas desigualdades sociales y políticas mundiales, que siguen hoy en día perpetuando el régimen cisheteropatriarcal colonial.
Estrategias fundamentadas transferidas como formas que los artistas han rechazado en esta resistencia al orden colonial en el que el Museo y nuestras formas de pensar, aprender, comunicar y producir se asientan. Formas de resistencia, muchas veces de resiliencia porque están en primera persona, por entender que perder el rumbo, no llegar a una dirección concreta, es parte de la estrategia de un nuevo aprendizaje.