El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) clausura el 15 de enero la exposición Carmen Calvo. La muestra, que se exhibe en el museo desde julio y se prorrogó durante dos meses, reúne un total de setenta obras que incluyen las primeras incursiones del artista en el terreno de la instalación, dibujos, libros, postales, fotografías y sus trabajos escultóricos.
La exposición, comisariada por Nuria Enguita y Joan Ramón Escrivà, se organiza con motivo de la concesión del Premio Julio González a Carmen Calvo, galardón que antes recibieron creadores como George Baselitz, Eduardo Chillida, Miguel Navarro, Jasper Johns o Annette Messager y Mona Hatoum. La artista valenciana es la tercera mujer que recibe ese reconocimiento.
La exposición revisa sus principales líneas de investigación desde finales de los años sesenta del siglo XX hasta la actualidad. Se trata de la tercera exposición que dedica el IVAM a Carmen Calvo después de las muestras organizadas en los años 1990 y 2007. En una de sus galerías centrales, el IVAM presenta por primera vez una recreación del taller del artista en Valencia, donde estanterías y cajoneras soportan una selección de objetos antiguos, maniquíes, recortes de cuadernos y revistas rescatadas de bordillos y anticuarios que Calvo ha intervenido.
La muestra también incluye Silencio I y II, una pieza con una gran carga emotiva y una de las primeras incursiones de la creadora en el terreno de la instalación, con decenas de lápidas blancas amontonadas sobre un muro del que cuelgan más de mil puñales amenazadores. Una obra inédita creada por el artista durante la pandemia cierra la muestra. Se trata de la enigmática La naturaleza agita (2010-2018), una instalación compuesta por cientos de dedos de mujer en terracota que sobresalen de sus paredes y que remite a los placeres terrenales, la opresión y la desigualdad.