Hablar de Pep es fácil, pero a la vez es difícil por lo que conlleva hablar de él. Si nos referimos a su faceta humana, nunca acabaríamos de elogiar su talante, su condición como persona, un gran amigo, siempre dispuesto a ayudar, siempre dando buenos consejos. En definitiva. Una persona entrañable, con la que podías pasar buenos ratos, distendidas y divertidas. Una persona fácil de tratar, que se hacía querer. Hay una palabra que podría definirlo bastante bien, “honestidad”. Una persona honesta tanto en el trato con los demás como en su trabajo docente, pero como artista su honestidad impregna todo lo que ha hecho. La honestidad le ha llevado al límite en todas sus facetas, sin importarle nunca qué dirán, ni en su posicionamiento en la vida, ni ante su creatividad, ávida siempre de nuevas miradas. Todos podemos recordar aquel magnífico libro Andar-i-ego, donde quedaba patente su amor por la naturaleza, la belleza y el arte desde un proceso de tráfico, por la vida y por su propio proceso evolutivo como creador. Éste devenir por la vida en busca de la felicidad auténtica.
Siempre tendremos en nuestro corazón estos magníficos paisajes que capturaban momentos de paz en tu entorno deseado, la Garrotxa, tu nueva realidad lejos del ajetreo. Estos paisajes que realmente tienen una mirada generosa, sensible y templada, fruto de una vida rica en experiencias en las que has obtenido mucho pero a la que también has aportado mucho.
Tu generosidad nos ha hecho emprender camino a muchos, esa generosidad tan implícita en tu personalidad pero no tan habitual en esta sociedad, cada vez más polarizada y llena de ruido, ese ruido que tanto te molestaba.
En tu refugio creativo y espiritual, has podido mirar al mundo desde la distancia que aporta la templanza y la serenidad, cualidades tan propias de ti. Siempre eres y estarás presente en los corazones de los que te apreciamos y amamos por cómo eres, grande de espíritu y alma, artista de principio a fin.
¡Hasta pronto, amigo!