“La preservación del patrimonio histórico, artístico, arqueológico, técnico y científico de Cataluña es un elemento básico a la hora de promover su conocimiento, estudio y difusión entre todos los ciudadanos, a fin de facilitarles una mejor comprensión de la naturaleza, de la historia y, en general, de la vida del país. El museo es la institución que, fundamentalmente, es responsable de ese patrimonio y se encarga de custodiarlo. Estas funciones configuran el museo como un centro de servicio cultural necesariamente abierto y relacionado con la sociedad que le rodea, la cual tiene derecho a recibir unas prestaciones culturales que vayan más allá de la simple custodia.”
(Ley de Museos de Cataluña, Ley 17/1990, de 2 de noviembre.)
Desde sus inicios, el Museu de l'Empordà camina para enriquecer su colección permanente de obras de arte a partir de distintas fórmulas de adquisición.
Si bien el mundo se detenía, en los últimos tres años el Museo del Empordà ha continuado remando para alcanzar su principal objetivo. La exposición Nuevas adquisiciones (2019-2021) pone de manifiesto la labor de gestión y transparencia de un equipamiento que es referente territorial. Una exposición que muestra, forma e informa regalando al público una herramienta de conocimiento y reflexión, con un claro objetivo de enseñanza-aprendizaje para que podamos distinguir cómo ingresan las obras en el museo. La exhibición no va sola, da un paso más y sitúa al espectador, no sólo en la relación con el contenido, sino con la relación de gestión de todas y cada una de las piezas que se muestran, presentadas y contextualizadas según la tipología de ingreso: depósitos, donaciones y compras. Una relación que hace empático a quien mira. Empatía hacia un equipo humano que mueve los hilos para que el Museo del Empordà trabaje de forma incansable para hacer visible el patrimonio de la comarca, no sólo en contenido sino dando valor a un legado de artistas que han tenido una relación estrecha con el Empordà, o que le han dedicado una mirada especial a través de su producción. Valor añadido al proyecto de un equipamiento que vela desde 2019 por hacer visibles artistas jóvenes nacidos o residentes en la comarca y con una trayectoria notable en el mundo del arte.
El arte es patrimonio y es ese patrimonio el que debe generar interés por sí mismo, a la vez que nos debe interpelar, nos debe decir cosas, nos debe explicar a nosotros y, de alguna manera, nos debe desafiar a entendernos a nosotros mismos. Y en esa operación de desafío o de interpelación, el papel del museo es de relevante importancia, tanto en museología como en museografía. Por eso las piezas que nos muestra el Museo del Empordà tienen un sentido más elevado por el hecho de que nos explican cosas de sí mismas y de su contexto. Un patrimonio que es necesario cuidar para poder mostrar, preservar para expandir, más allá del ahora y el aquí. Por eso es necesario conocer los tesoros guardados en las baldas. Hay que salir del armario.
En la imagen: Nobuko Kihira. Ashibikino. Azul. Blanco